Por Agroempresario.com
 

Sebastián Castillo, oriundo de la ciudad de San Pedro en la Provincia de Buenos Aires, pertenece a la cuarta generación de productores agropecuarios.

Su bisabuelo compraba novillitos en la Cruza, Corrientes, en la década del 50 y los llevaba al campo de San Pedro para terminar, transportándolos en tren hasta Zárate para luego arrearlos hasta San Pedro. En uno de los viajes, terminó comprando un campo en Feliciano, Entre Ríos, para tener su base ahí. Su abuelo Julio, su padre y tío continuaron la actividad de cría y recría tal como la había iniciado su bisabuelo, actividad típica de esa zona entrerriana.  

En 2019, Sebastián Castillo se involucró en la actividad y armó la marca Abuelo Julio con un objetivo final diferente al que venían trabajando en la empresa. “Hoy, la visión nuestra en términos productivos es tener el ciclo completo desde la propia cría hasta la terminación, tanto en infraestructura propia como de terceros. Hemos realizado alianzas con el objetivo de producir animales homogéneos y de calidad superior para poder comercializarlos en todo el mundo. La idea es integrar la cadena de punta a punta dándole valor agregado y para eso tenemos la cabaña que trabaja en el mejoramiento genético de nuestros animales”, relató Castillo. 
 

Los animales están registrados en la Asociación Braford  Argentina y la cabaña  además produce reproductores aunque su objetivo final es producir kilos de carne de calidad para poder exportar.

Desde su ingreso, Castillo  buscó tener una visión más amplia de lo que hasta ese momento resultaba el negocio familiar pero adaptando la infraestructura, los recursos humanos y las inversiones existentes para poder llegar a su objetivo. “Hoy no todo está terminado  y no sé cuándo terminará porque uno se va adaptando  a incorporar infraestructura, sumando volúmenes, y otros campos. Estamos en proceso”, expresó.

Faenan 300 animales por semana y le brindan al consumidor toda la información del producto comercializado. “Hoy vivimos en un mundo donde queremos información de todo lo que estamos comprando y lo que estamos comiendo. Me parece que esa transparencia de información es muy importante y cada vez lo va a ser más”, opinó Castillo.

Para poder brindarle al consumidor toda la información, realizan la tokenización de la carne. “Es tener la información del animal para saber qué comió, dónde, la sanidad y todos los datos relevantes que tengamos para poder brindarle al consumidor. Hoy comenzamos con un modelo determinado de información y en este tipo de procesos no sólo es importante el vehículo que muestra la información sino el que la genera. El  desafío más grande es ver cómo generamos la información, que sea fidedigna, que sea real, transparente y adaptar toda la empresa para que todas las actividades que hacemos queden registradas. Cuando uno logra eso, consigue luego un vehículo como en nuestro caso Carnes Validadas para poder dárselo al consumidor como un dato valioso”, aseveró.

Se inscribieron junto a un grupo de productores para poder exportar y la faena se realiza en el frigorífico Friar ubicado estratégicamente entre Feliciano y el norte argentino donde la mayoría de los productores asociados tienen sus establecimientos. “Fundamentalmente somos productores que queremos seguir trabajando en el mejoramiento genético del rodeo, seguir sumando a otros  que tengan el mismo espíritu exportador. Afortunadamente, tenemos socios muy buenos y sanos que adaptan su proceso productivo a lo que nosotros necesitamos para seguir logrando esa eficiencia productiva”, enfatizó el productor.

Durante estos casi dos años hicieron alianzas comerciales con un equipo de rabinos para producir carne kosher. Posteriormente, por un amigo en común se contactaron con el CEO de Pampas Foodstuff quien se había instalado en Dubai para importar yerba mate de Las Marías y carnes a Rusia. El siguiente paso era importar carne de calidad y homogénea y Abuelo Julio era la marca adecuada. Hoy, ya han concretado el segundo embarque a Dubai.

“Nosotros nos definimos como productores porque nuestro objetivo primero es producir un novillo homogéneo que es lo que nos piden los consumidores en otros países para luego continuar con el proceso industrial que es transformar ese novillo en carne de calidad.

“Producir un novillo homogéneo tiene que ver con el tamaño del ojo de bife, la calidad, la faena siempre con los mismos kilos y no una vez con unos y otra semana con otros porque los calibres de los bifes no son iguales. La carne premiun, va directo a hoteles y restaurantes de manera que los chefs tienen procesos definidos para cierto tamaño de bife”, explicó Castillo y concluyó: “Oferta de carne hay en todos lados, la carne argentina es aspiracional pero no es la única que hay en el mundo así que tenemos que diferenciarnos con esas pequeñas cosas para poder ser elegidos entre los más exigentes”.
 

Luego de casi tres años, tienen convenios en Dubai, Estados Unidos y continúan su búsqueda por  Europa.