Los valores del sorgo provenientes del principal exportador del mundo, Estados Unidos, marcan en buena medida el compás al que se mueven las cotizaciones en el resto del globo. De esta forma, en los últimos años se ha registrado un incremento considerable en los valores de exportación de la gramínea, que se encontró muy relacionada con las subas que se dieron en los valores de los demás commodities agrícolas.
En agosto de 2020 el precio FOB del sorgo en el Golfo de México rompió la barrera de los US$ 200/t, un valor que no mostraba en cinco años. El contexto de pandemia y tasas bajas a nivel global llevaba los commodities a un nuevo ciclo alcista de precios, con el sorgo subiendo un 107% desde los inicios del 2020 hasta sus nuevos máximos a finales de abril de este año. Específicamente el 29 de abril del 2022, se registró la máxima cotización en al menos 10 años, luego de que se alcanzaran los US$ 355,6/t, mientras que se ha presentado una retracción en los valores del sorgo a partir de allí, ubicándose el 23 de junio en US$ 304,1/t.
A pesar de los últimos descensos en los precios internacionales, nos encontramos en valores históricamente elevados para este cultivo, lo cual da magnitud de la firmeza de la demanda de abastecimiento del gigante asiático. Los precios llegaron a superar en más de un 77% por encima de los valores previos a la pandemia. Desde entonces, han bajado y ya se encuentran por debajo de los valores previos a la guerra ruso-ucraniana. Este recorte ubica los precios hoy cerca de un 43% por encima de los valores previos a la pandemia. En lo que hace a la potencial trayectoria de los precios, aún se mantienen niveles de incertidumbre sobre cómo se desenvolverá el comercio internacional sorguero, teniendo en cuenta no sólo las negociaciones bilaterales o por regiones en lo que hace al comercio del sorgo, sino también ante la ralentización del crecimiento del PBI global, que llevaría a potenciales mermas en la demanda.
Los valores pagados internamente por la gramínea presentaron una elevación en los últimos años. Esto fue consecuencia principalmente de las presiones de demanda que acontecieron desde mediados del 2020 en los mercados de commodities agrícolas. En este sentido, al igual que sucedió con la soja, el maíz y el trigo, el sorgo experimentó incrementos en los precios pagados localmente. El 19 de marzo del 2020, en un marco de creciente incertidumbre por la pandemia, los precios se ubicaban en torno a los US$ 125/t. A abril del 2021, la tonelada local de sorgo se valorizaba en casi US$ 230,
Luego de una nueva baja de precios, las cotizaciones volvieron a tomar impulso sobre finales del año pasado y actualmente la tonelada de sorgo se ubica nuevamente en los mismos valores de abril del 2021, luego de haber tocado un máximo histórico de casi US$ 280/t a principios de mayo de este año. Asimismo, debe destacarse que, por su utilización como alimento en la actividad ganadera posee una estrecha relación con las cotizaciones del maíz.
En este sentido, debido al ingreso del segmento exportador dentro de la demanda local, se registran variaciones en sus desempeños relativos. De hecho, se debe tener en cuenta que Argentina comenzó a exportar con mayor intensidad a China (principal demandante internacional de sorgo) desde 2019 y ello generó un acercamiento en los valores de estos dos granos.
En otras palabras, el diferencial que se tenía entre los precios del maíz y del sorgo, que generalmente beneficiaba al primero de estos granos, se ha achicado e incluso ha cambiado de signo, implicando que el sorgo llegase a cotizar por encima de los granos amarillos, dependiendo de las necesidades de abastecimiento en momentos determinados. Esto da más fuerza al sorgo argentino de la mano de su creciente demanda internacional y explica parte del crecimiento de área sembrada de los últimos años.
BCR