Guayamba es una localidad rural y turística catamarqueña que alberga múltiples emprendedores dedicados a la gastronomía, hotelería y a actividades recreativas como cabalgatas, guías turísticas, excursiones y artesanías. Aun siendo un destino frecuente para santiagueños y tucumanos, que buscan ambientes montañosos y rivereños durante el verano, los productores trabajan en nuevas propuestas para ofrecer servicio todo el año.
Para esto, un grupo de 31 de emprendedores se organizaron en la Red de Turismo Rural Guayamba y, desde 2016, diagraman estrategias y alianzas entre ellos, con el acompañamiento técnico de especialistas del INTA y de otras instituciones, para fortalecer su actividad turística en articulación con la diversidad de su entorno.
Yanina Agüero, presidenta de la Red, señaló: “Los turistas que llegan a Guayamba quieren aventura, salir de la rutina con propuestas novedosas”. Y agregó: “Nosotros vivimos en un lugar maravilloso, contamos con recursos naturales para explorar y recursos humanos dispuestos a eso, la atención y predisposición de la Red es excelente”.
Guayamba es una villa serrana, ubicada en el departamento El Alto, a 80 kilómetros de la capital catamarqueña. Para los miembros de la Red, valorar las riquezas del paisaje es la base de su actividad, su historia y su cultura son consideradas como valiosos recursos a través de los cuales los integrantes del grupo ofrecen sus servicios turísticos.
Diego Cabrera, especialista de INTA Santa Rosa –Catamarca–, expresó: “Apoyamos a la Red de manera constante y permanente con distintas capacitaciones, como elaboración de dulces, conservas, aplicación de buenas prácticas de manufactura, habilitación bromatológica, estrategias para la comercialización de sus productos y acompañamiento para el ingreso a la formalidad”.
“Capacitarse es crecer”, afirmó Agüero quien destacó que “el acompañamiento del INTA nos permitió avanzar y llegar a donde estamos hoy con la red organizada; INTA es un pilar muy importante”.
La localidad catamarqueña cuenta con una diversidad de flora y fauna que no deja de sorprender. Por esto, los emprendedores del lugar ofrecen la experiencia de safari fotográfico, un circuito por las sierras recorrido a caballo con destino a las cumbres, donde se puede realizar el avistaje de animales autóctonos, sobre todo de aves.
Además, cuentan con amplias opciones gastronómicas vinculadas a las comidas típicas de la temporada como locro, buseca, empanadas de mondongo, puchero y más platos calientes para pasar el frío, en conjunto con dulces y conservas elaboradas de forma tradicional y ancestral y su tableta dulce de harina y cáscara de naranja identitaria. Son los distintos emprendedores hoteleros quienes ofrecen desde pastas hasta churros para la merienda en sus instalaciones.
“A través del turismo rural, las personas, sin resignar su actividad tradicional, tienen oportunidad de generar empleo e incorporar a toda la familia rural en un nuevo y atractivo negocio que complemente sus ingresos”, dijo Cabrera.
En este sentido, los productores trabajan en la gestión de estrategias que permiten fortalecer la organización para mantener su actividad durante los meses de temporada baja.
En este sentido, apuestan a las fiestas patronales y locales que existen en la zona, actividades cotidianas que les permiten interactuar con personas de otras localidades y hacer una pequeña publicidad que invite a la gente a ver lo que ellos hacen durante todo el año.
Además, las estrategias tienen que ver con difundir su trabajo por medio de redes sociales y elaborar material de comunicación, así como obtener las habilitaciones para la venta de sus productos y gestionar un punto de venta fijo.
En Catamarca, “hacer dulce, por ejemplo, es algo tradicional y ancestral; pero ingresar a la formalidad para habitar otros mercados es un pequeño problema ya que desconocen los circuitos que hay que recorrer para entrar a ese campo”, explicó Cabrera.
En este caso, con el apoyo del INTA se agiliza el trámite de habilitación bromatológica a las personas elaboradoras de productos gastronómicos en base a productos típicos locales como nueces, durazno y membrillo, una variedad muy amplia de insumos de excelente calidad. Además, “una meta para este año, es lograr la personería jurídica, lo cual les permitirá ser una ONG formalmente constituida”, adelantó Cabrera.
En este momento, el equipo de emprendedores se encuentra muy enfocado en la Fiesta Nacional del Poncho que se realiza en el mes julio, una importante oportunidad de comercialización y divulgación de sus productos. “El grupo se está fortaleciendo, las capacitaciones operaron con el impuso que necesitaban para mejorar cada día”, sintetizó Cabrera.
INTA