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En entrevista con Aapresid, Cortés habló de los desafíos de cara al futuro en lo que respecta al manejo de malezas y resistencias.
- Muchas veces, estrategias de control de malezas que resultan eficaces a nivel experimental o de laboratorio, fallan cuando se aplican en el lote: ¿a qué se deben esas diferencias y cómo deberíamos trabajar para reducirlas?
En primer lugar, debemos precisar que los ensayos de laboratorio pueden separarse en: pruebas de eficacia, donde se testean activos sobre una maleza que a priori no es resistente; y pruebas de resistencia, donde se evalúan tratamientos de control para un biotipo se sabe resistente.
En el caso de las primeras, la diferencia de eficacia en el control que puede verse a laboratorio y a campo pasa por dos cuestiones. Una se debe a la condición de estrés que tiene la maleza en el campo y que no la tiene en el laboratorio. Cuando uno pone a germinar malezas en laboratorio les da todas las condiciones para que puedan nacer y crecer bien. En el campo pueden existir condiciones de estrés que afectan la absorción y metabolización de los herbicidas (ej. falta de agua) y, por tanto, su acción de control. La otra cuestión, no menor, es que en condiciones experimentales se aplica el activo en los tamaños de maleza adecuados. Esto último no siempre ocurre a campo, donde las malezas se controlan tarde y con tamaños mayores.
En el caso de los ensayos de resistencia, dicha resistencia se ve potenciada a campo porque uno aplica en condiciones de estrés. Por tanto, las dosis siempre van por encima de aquellas que se aplican en laboratorio.
- La curva de aparición de resistencias viene creciendo en los últimos años: ¿qué hacemos para frenarla?
Desde el año 1996 tenemos una denuncia por año - o un poquito más - de alguna maleza con resistencia. Si bien se ha tomado conciencia en que hay que trabajar en varias cuestiones para minimizar el desarrollo y selección de biotipos resistentes, la resistencia es un proceso natural y tiene que ver con la evolución.
Seguramente tengamos año a año malezas con algún grado de resistencia a algún producto. En este escenario, lo que deberíamos hacer es aplicar una serie de herramientas para que esa resistencia que puede llegar a aparecer siga su curso de evolución natural sin verse potenciada por malos manejos.
- ¿Por qué herramientas crees que pasará el manejo de malezas en el futuro: biotecnología, nuevos activos, manejo?, ¿todas ellas juntas o ninguna?
Creo que va a pasar por una combinación de herramientas, no sólo químicas desde el punto de vista del overlapping, la mezcla de herbicidas con distintos mecanismos de acción, sino también de la biotecnología, la generación de cobertura a través de los cultivos de servicio o de las rotaciones y del aseguro de tener un buen crecimiento y desarrollo del cultivo para que compita con la maleza.
- En mayor o menor medida, tenemos cierta idea de los problemas que enfrentamos hoy en materia de malezas: ¿cuáles crees que serán los desafíos que ciencia, productores y empresas enfrentaremos en los próximos años?
El desafío de todos los actores de la cadena es tratar de coordinar una serie de pautas en el manejo de las malezas. Muchas veces lo que uno ve a través de los lugares que recorre, de los productores y técnicos que asesora, es que no es fácil coordinar manejos porque las malezas, la logística, los ambientes y situaciones son muy diferentes en cada lugar. Pero sí creo que se podría trazar una línea de manejo orientativa y, en función de eso, trabajar y ajustar lo necesario en cada zona.
Igualmente creo que eso está tratando de coordinarse, muchas veces no es fácil poder hacerlo desde los distintos actores, pero me parece que estamos mucho mejor que hace diez años atrás.
El pasado miércoles 10 de agosto por la tarde, la Red de Manejo de Plagas de Aapresid (Rem) lideró un encuentro cerrado al que asistieron más de 20 especialistas en manejo de malezas resistentes de diversas zonas del país.
El objetivo fue poner en común líneas de trabajo en la materia. “Surgieron muchas inquietudes comunes en diversas zonas, nuevas tendencias en el manejo de malezas difíciles y líneas de trabajo en conjunto con REM”, concluyó la Gte. de la Rem Maria Eugenia Niccia.
En cuanto a tendencias surgidas del encuentro, cabe destacar los alentadores avances que se están realizando en Córdoba con el destructor de semillas a cosecha. También el equipo del INTA Pergamino está trabajando en la " dilución" de la resistencia mediante la rotación de activos.
“Entre las principales acciones a futuro, desde REM vamos a coordinar la recuperación de muestras de semillas de Conyza con sospecha de resistencia a ALS y su envío al equipo de la UNR, así como de Raphanus con sospecha de resistencia a ALS para la UNSur, con el objetivo de que ambos equipos puedan confirmar estas resistencias y detectar los mecanismos detrás de las mismas”, concluyó Niccia.
Aapresid
