Argentina cuenta con las instalaciones y capacidades del INTA para acompañar a la acuicultura nacional en su desarrollo

El Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria de Argentina es un organismo de investigación estatal que tiene como objetivo contribuir al al desarrollo sostenible del sector agropecuario, agroalimentario y agroindustrial del país a través de la investigación y la extensión, impulsando en esta senda la innovación y la transferencia de conocimiento.

El INTA ha venido acompañado al sector pesquero en materia de conocimiento y tecnología; y la acuicultura, aun con escasa relevancia en el país, es otro de las actividades a las que según Ariel Belavi, coordinador del proyecto de acuicutlura del INTA- está apoyando este organismo.  “La contribución del instituto no es solo amplia sino muy diversa, con fuerte presencia en el acompañamiento para el desarrollo de la actividad acuícola nacional”.

El potencial de la contribución del INTA a la potenciación de la acuicultura, según Ariel Belavi, es importante. En ese sentido, recuerda que el INTA cuenta con tres unidades de infraestructura de referencia para la investigación en acuicultura: el área IPAF NEA en Formosa, el Centro Operativo Experimental Ángel Gallardo en Santa Fe y  la Estación Acuícola Salto Grande en Entre Ríos, donde se trabaja sobre el cultivo, la alimentación y la reproducción de especies nativas.

Además, añade Belavi, existe un equipo de profesionales en el Instituto de Alimentos del INTA Castelar que trabaja en calidad de carnes y en la evaluación de dietas para piscicultura. A lo que se suma un equipo de trabajo con sede en Bariloche centrados en sanidad acuícola, y en especial la elaboración de kits de prevención de enfermedades y vacunas.

Destaca el coordinador de acuicultura del INTA que, precisamente, este último equipo, coordinado por el especialista Juan Sebastián Pappalardo, desarrolló en colaboración con la Northeastern University y la Università di Padova una Plataforma de Nanovacunas, patentada por el INTA, cuyo objetivo es desarrollar vacunas eficientes y económicas para acuicultura. Además, cuentan con un proyecto vinculado con el desarrollo de dispositivos diagnósticos descartables mediante nanopartículas fluorescentes, para el diagnóstico rápido de enfermedades de los peces. Otro de los proyectos en los que están inmersos es el de puesta a punto de PCRs diagnósticas para enfermedades de los peces “con la finalidad de que sean transferidas a distintas unidades de INTA o a quien lo requiera”.

Ariel Belavi también hace mención a dos entidades en las que participa el INTA: la Red de Fomento de la Acuicultura (REFACUA) del Conicet y la Comisión Nacional de Sanidad y Bienestar de los Animales Acuáticos del Senasa, así como a su vinculación con el mundo académico, entre ellas con las universidades nacionales de Entre Ríos, de Rosario, del Litoral, de Tucumán y de Misiones.

“En todos los casos, promovemos una fuerte articulación institucional con otras organizaciones relacionadas a la actividad, desde numerosas actividades y convenios con el Inidep, Inali, Conicet, y con múltiples empresas del sector privado”, especifica el coordinador de acuicultura del INTA; quien destaca que, actualmente, se encuentran en una 

fase de fortalecimiento a medio plazo de las capacidades en recursos humanos e infraestructura “de forma interinstitucional y con prospectiva de crecimiento en las unidades estratégicas de generación de conocimiento, para afrontar el desarrollo prospectivo actual de la cadena Acuícola Nacional”.

IPAC