nte un escenario de cambios y expansión, la dieta de los animales en la producción ganadera requiere una mayor exigencia en cuanto a la calidad de los alimentos a utilizar. Se trata de un aspecto clave, ya que de esa calidad y manejo de los alimentos depende la producción de carne y, sobre todo, el resultado económico del sistema productivo.
En este sentido, una serie de nuevas opciones como los desechos de frutas y hojas se destacan por su gran potencial nutricional y su contenido de agua y azúcares. Respecto a la conservación de estos alimentos alternativos, se recomienda el ensilaje y la mezcla de estos residuos con alguna fuente correctora, como pajas, granos o malezas. De esta manera, se logra una mejora en la calidad y condición del ensilado.
La pulpa (hollejo y semillas) es una fuente rica en proteínas y con un alto valor nutritivo. Dado su alto contenido de agua, que es de entre un 80% y un 84%, es preciso mezclar capas alternadas de pulpa con subproductos fibrosos para absorberla y evitar la pérdida del efluente al ensilar la pulpa.
Está compuesta por hueso y pulpa y se obtiene al finalizar la extracción del aceite. Es muy útil en períodos de escasez de forrajes.
El orujo o escobajo de uva (semilla, pulpa y tallos) posee un 50% de materia seca. Al ensilarlo con subproductos de alta calidad y residuos energéticos fibrosos se obtiene un ensilaje bien conservado.
Los residuos de la industria de jugos tienen una muy buena digestibilidad (75-90%) y una concentración energética metabolizable, aportado por un alto contenido de azúcares solubles y de fibra digestible.
Se trata de un residuo de la industria de jugos y sidra compuesto por pulpa, cáscara y endocarpio.