l membrillo es una fruta carnosa propia del otoño, de color amarillo dorado, que se obtiene del membrillero. Presenta una supercie cubierta por una borra algodonosa y una pulpa, amarillenta y áspera. Esta pulpa es muy aromática, con un delicado
aroma a miel, aunque su sabor es ácido, lo que supone que generalmente no se consuma el membrillo crudo (es la mejor manera de aprovechar sus propiedades nutricionales). Es nativo del oeste de Asia, de la zona caucásica, y crece en también en muchas otras partes del mundo, entre en Argentina.
Seguramente, su forma de consumo más habitual sea el dulce de membrillo. Se suele untar o usar como relleno de tartas, masas y bollería. No obstante, además de aquellos que lo degustan crudo, también es frecuente comerlo al horno o cocido, ya que con él se pueden realizar ensaladas y múltiples recetas como la macedonia de
frutas.
Al natural, es una fruta muy baja en azúcares, razón por la que su valor calórico es muy bajo El membrillo no solo es recomendable por su bajo contenido calórico
(aproximadamente 30kcal por cada 100 gramos), sino porque es muy rico en bra y taninos, sustancias que suavizan la digestión y previene los trastornos gastrointestinales. Asimismo, esta fruta es muy adecuada para las personas que tengan niveles elevados de colesterol en la sangre, al ser rica en pectinas. Combate la retención de líquidos, baja la hipertensión, ayuda a eliminar el ácido úrico y es
ideal para prevenir calambres y regular el sistema nervioso. Su aporte de bra, además de mejorar el tránsito intestinal, aumenta la sensación de saciedad.
En el caso de que optemos por el dulce de membrillo, entonces desaparecen la mayor parte de los nutrientes (a causa de la cocción). Su elevado contenido en azúcar, lo transforman en un alimento para tomar discretamente.
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