os hongos comestibles cuentan con una gran variedad de cualidades nutricionales y medicinales además de tener un agradable sabor y textura. Cada vez más personas en Argentina buscan optan por alimentos saludables para alcanzar una mejor calidad de vida. En este sentido la fungicultura se convirtió una actividad atractiva y muy gratificante ya que brinda la posibilidad de emprender con baja inversión y con impacto positivo en el medio ambiente.
Miembros de Fungiar dictaron un curso de cultivo de gírgolas en Tucumán. Se trato de los hongos más cultivados después del champiñón y el portobello. Tienen forma de ostra de variados colores y se han vuelto muy populares por contar con un alto valor gastronómico y medicinal. Además, su crecimiento requiere condiciones poco exigentes y permite cultivarlas en diferentes sustratos orgánicos con una metodología simple y de bajo costo.
El curso estuvo destinado al público en general sin necesidad de contar con conocimientos previos y estará a cargo de la micóloga Sandy Suaza Blandón (UBA CONICET) y el licenciado Claudio A. Kaliman. El encuentro, organizado por Huertas Agroecológicas Tucumanas (HAT),fue destinado a sentar las bases sobre el cultivo de estos hongos: cómo producirlos a partir de residuos vegetales, diferentes técnicas de cultivo, tipo de sustrato, siembra, cosecha, cultivo en troncos y borras de café todo lo que es residuo vegetal. Específicamente orientado a crear micro emprendimientos a partir de esta producción.
María Jesús Lami, miembro de HAT, destacó que se trato de una “actividad para desarrollo personal en cuanto a posibilidades de emprender con muy baja inversión, generando un ingreso adicional o un ahorro en tu consumo familiar”. Y agregó: “nosotros enseñamos a hacer huertas agroecológicas y ya vendíamos productos de Fungiar. Decidimos traerlos a Tucumán porque ellos trabajan mucho con Hongos cultivados en troncos y con sustratos orgánicos y nos pareció una interesante propuesta para los tucumanos”
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