En Argentina existen cerca de 40 mil hectáreas de té, de las cuales casi 38.000 se encuentran en la provincia de Misiones y otras 1800 en la provincia de Corrientes. Fue en 1923 que se introdujeron las primeras semillas de té en Colonia Tres Capones, localidad misionera y se lo considera el punto de partida para su desarrollo en el país. Estos datos y muchos otros son los que cuenta Roxana Danielli en su libro “Hebras de Té en mi Corazón”, donde también aborda su historia con esta infusión que la acompaña desde su infancia hasta volverse, hoy en día, su gran pasión.
La relación de Danielli con el té empezó casi sin quererlo, a partir de un evento desafortunado. “Era intolerante a la lactosa, la leche me caía mal y entonces empecé a tomar té desde que era muy chica. Me trajo muchos beneficios y así seguí tomando té negro durante muchos años”, contó Danielli a Agrofy News. Aunque la decisión de profundizar su conocimiento en esta bebida llegaría varios años después.
De analista en sistemas a sommelier de té
La vida llevó a Roxana por distintos caminos. Empezó trabajando como maestra jardinera por su amor a los niños, pero luego llegó el turno de estudiar una carrera y eligió la rama de la informática. Se recibió de analista en sistemas y ejerció la docencia hasta el año 2000, dando clases de computación en el Colegio San Patricio. A su vez, posee un hotel cuatro estrellas en Carlos Paz junto a su familia.
Fue la pandemia la que le dio el puntapié para animarse a aprender todo sobre su infusión favorita. Durante seis meses cursó la Diplomatura Universitaria en Sommelier de Té en la Universidad Abierta Interamericana (UAI). A poco de obtener su título, la emprendedora viajó a la ciudad de Oberá, Misiones, para conocer la plantación de té más grande de Argentina y una de las principales en exportaciones a nivel mundial, siendo China y Japón los compradores más importantes.
“El té es la infusión preparada con las hojas secas molidas o brotes del arbusto Camellia sinensis en agua caliente. El arbusto tiene muchas ramificaciones, de entre 1 y 2 metros de altura, y puede alcanzar, de forma muy ocasional, los 12 metros”, contó Danielli y explicó que otras variedades como, por ejemplo, el té verde se logra a partir de diferencias en su procesamiento. Las hojas se secan y se dejan oxidar, si la oxidación es más larga se obtiene el té negro y se es más corta el verde. Mientras que el té rojo se consigue luego de comprimir las hojas y almacenarlas durante años en condiciones específicas para que maduren.
También, está la tisana que es la bebida que se logra al hervir determinadas combinaciones de hierbas o especias en agua, como lo son el té de tilo o de boldo. Mientras que un blend se obtiene de mezclar el té con diferentes yuyos y especias como vainilla, pétalos de rosas, frutos rojos o hibiscus, entre otros.
“Como infusión otorga muchos beneficios que van desde la digestión, hasta la cicatrización, además de contar con propiedades antiage y regenerar el colágeno. Diría que su aporte principal es dar energía, como el café, pero de forma paulatina. Actúa gradualmente y te concentra en lo que estás haciendo, ayudándote a generar un estado de equilibrio”, consideró Danielli.
Contagiar conocimientos
Con título ya en mano, comenzó a dar cursos de capacitación en dietéticas para informar al personal sobre el origen de los tés y sus propiedades, también, ofreciendo degustación en casas de té de Rosario y en diferentes ceremonias o eventos donde es contratada. En estos casos, la sommelier lleva su kit ya preparado para que las personas puedan disfrutar de diferentes variedades y armar sus propios blends.
Otro hito que alcanzó el año pasado fue lanzar su propia marca de té en hebras, el cual vende, tanto en saquitos como en latas y en su versión de té negro y té verde, con pétalos de rosas disecadas y con frutos rojos. Y viene de lanzar una nueva versión con bolsas reutilizables para que las personas puedan depositar allí el té que más les guste y luego lavarla antes de volverla a usar.
“Cada té tiene su forma particular de prepararse y es muy tranquilizador para las personas participar de este proceso. Por ejemplo, el verde se debe servir con agua caliente que vaya de los 70 a 75 grados y dejarlo reposar de uno a dos minutos, mientras que el negro con agua de entre 80 a 90 grados y con reposo de dos a cuatro minutos”, sostuvo Danielli y agregó que nunca hay que usar agua hervida porque se queman sus propiedades.
Otro hito en su corta, pero intensa carrera como sommelier, fue la publicación de su libro “Hebras de Té en mi Corazón”, el cual, según explicó, aborda desde su interés por esta infusión hasta curiosidades y pasos para preparar la mejor taza según la variedad elegida. “Todas las hebras de té significan los momentos que pasé con mi familia y amigos tomando esta bebida”, destacó la emprendedora, quien se estará presentando con su nueva publicación en la Feria del Libro de este año en Buenos Aires.
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