Lo que ocasionó todos los inconvenientes de la sandía es la sequía, no solo de esta campaña, sino de las campañas anteriores. La falta de lluvia prolongada durante tanto tiempo ha hecho que los suelos tengan un contenido de sales más elevadas de lo normal.
Al haber sequía, las lluvias no estuvieron en momentos claves, como al inicio del cultivo, lo que no permite que el cultivo se desarrolle normalmente y las plantas generen materia vegetal para que después obtengan las frutas. Lo que hace que el suelo siga perdiendo agua por evapo-transpiración. Además, se genera un estrés muy grande por las altas temperaturas, más una planta muy frágil que ante la falta de agua no ha podido desarrollar un buen sistema radicular, trae como consecuencia una baja productividad, llegando hasta el límite de no poder generar frutos y que, por lo tanto, no haya cosecha.
Como si fuera poco, hay que tener en cuenta también, que el 11 de noviembre del 2022 hubo una helada tardía muy importante, que afectó mucho a los cultivos de la zona y donde se perdieron varias hectáreas sembradas con sandía.
Al momento de hacer un cultivo es fundamental tener en cuenta las prácticas de riego y la evapo transpiración. En la zona de riego no tenemos la posibilidad de disponer de agua cuando nosotros lo necesitamos. Tenemos que tratar de cambiar el sistema que se hace normalmente, que no se puede hacer el riego por el planteo en llano que se da en el cultivo, deberíamos hacerlo en bordos o un planteo que nos permita regar por surcos.
En cuanto a la fecha de siembra, cuanto más nos acerquemos al verano, vamos a tener mayor probabilidad de éxito, porque aumentan las precipitaciones, pero no sería rentable económicamente.
Lo fundamental es hacer un buen riego de presiembra, lavar las sales, poner las semillas y tratar de que las plantas cubran rápidamente el suelo, intentar dar un nuevo riego, lo que va a permitir que tengamos menor evapo transpiración, para esperar las lluvias que se presentan normalmente.
Como no tenemos riego cuando lo queremos, lo mejor es cambiarse a un sistema de riego por goteo, que permite que el cultivo se torne muchísimo más rentable, que eleva los costos, pero por la alta productividad que tiene este sistema y los altos precios que tiene a la hora de cosechar, se ha vuelto factible. Y si le sumamos una siembra bajo cubierta, el cultivo de sandía se vuelve mucho más rentable.
De las variedades sembradas en la zona, son variedades OP, de polinización abierta, no son híbridos. La más sembrada es la Crimson sweet de Hollar y Bonanza. En segundo lugar, tienes una variedad de sandía que se llama AU- Producer, que distribuye Hollar, y luego, en una muy pequeña proporción de lo que se siembra son híbridos, más o menos un 5% de la superficie total. De esta variedad un 50% es de Sandía híbrida Red Tornado, del distribuidor HM Clause; y después están las otras como Talisman, Delta etc.
En cuanto al mercado, en Argentina vemos que la sandía es una de las frutas más consumidas y que tiene mucha demanda en volumen. Entonces es importante saber explotar ese nicho en donde Santiago tiene la capacidad de ser primicia, de sacar temprano la sandía, en un momento donde los volúmenes no son muy elevados para el país.
Los principales destinos son Bs. As., Córdoba, Santa Fe, Rosario, en donde hay una mayor demanda por la cantidad de habitantes que hay. Al tener un valor alto por ser primicia, los volúmenes de venta no son tan grandes pero en mercados grandes como esos se puede aprovechar y sacar una buena diferencia económica, pero hay que sacar primicia.
Autor: Carlos F. Hamann – Publicado en Revista Campo para Todos N° 178
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