stos productos originarios de la región norte de la provincia de Neuquén llevan consigo características propias del sistema que los diferencian de otros similares:
Estos elementos sumados al conocimiento acumulado en el tiempo, herencia de los antepasados Pehuenches (antiguos pobladores de la región), son la esencia de los conocimientos locales de los crianceros que confluyen en la construcción de un producto típico como es el “Chivito Criollo del Norte Neuquino”.
Los productos protegidos son:
Provenientes de animales nacidos de piños de raza Criolla Neuquina en cualquiera de sus dos biotipos “Pelado” y “Chilludo” y las cruzas con “mestizos angora”, que son producto del cruzamiento entre angora y criollo durante varias generaciones.
El Chivito Criollo del Norte Neuquino se diferencia, por alimentación, peso y cría, en dos tipos:
El parámetro de terminación es la deposición de grasa en la zona renal – Cobertura Renal (CR).
Estos productos presentan coloración blanca debido a la cobertura adecuada de grasa en las costillas. El peso oscila entre los 4 y 9 kg del Chivito mamón, cuya carne es más tierna y el sabor más suave debido a su alimentación compuesta solo por leche, y entre los 8 y 14 kg del Chivito de veranada.
La zona correspondiente a la Denominación de Origen “Chivito Criollo del Norte Neuquino” se ubica al Norte de la provincia de Neuquén (Patagonia, Argentina) y comprende la totalidad de los departamentos Minas y Chos Malal y parte de los departamentos Pehuenches, Ñorquín, Añelo y Loncopue.
El área de la DO está integrada por todas las unidades de producción que hacen trashumancia a los campos de veranada ubicados en los departamentos Minas, Chos Malal, Pehuenches o Ñorquin, comprendidas dentro de la cuenca del río Neuquén y Barrancas – Colorado.
Histórico
Antes de la llegada de los españoles, la provincia de Neuquén fue habitada por diversos grupos indígenas que, estacionalmente, migraban con los animales, su principal fuente de apoyo. Estas migraciones pueden considerarse como el inicio de la trashumancia. Más tarde, los españoles introdujeron las cabras, que se convirtieron en una parte fundamental de la vida económica, social y religiosa de los nativos, y que fueron a mezclarse con las razas autóctonas, dando vida al actual chivito criollo. Hoy en día, por tradición el chivito se consume durante las fiestas, como el Día de la Madre, Navidad y otros. Desde hace más de 10 años, se organiza en Chos Malal la Fiesta Nacional del Chivito, que exalta los valores de las actividades agrícolas y
ayuda a promover la integración con la población urbana.
Natural
El uso de estas áreas está restringido por el clima ya que la acumulación de nieve obliga a retirar los animales, permitiendo el descanso invernal y la recuperación de una temporada a otra.
Humano:
La Cabra Criolla Neuquina es la síntesis de la selección efectuada por el hombre y las particulares condiciones ambientales, siendo una parte esencial de la identidad cultural de la región. Los productores trashumantes utilizan casi en forma exclusiva mano de obra familiar en pequeñas superficies, los chivos son su principal fuente de ingresos así como la venta de sus cueros. La evolución de las prácticas y los saberes de los crianceros con la ya mencionada raíz indígena del sistema, dan un valor cultural significativo a la producción caprina. En este contexto la raza caprina Criolla Neuquina es un elemento fundamental, debido a que fue modelada por el sistema.
El ciclo anual de producción se puede describir como estrictamente estacional con servicio de otoño y parición de primavera.
Manejo de las hembras
Se obtienen por reposición interna o en menor proporción por intercambio con los vecinos. El principal criterio para elegir las hembras de reemplazo es el tamaño y habilidad materna. Las madres permanecen en el piño por lo general hasta los seis años, ya que a partir de esa edad presentan un avanzado desgaste dentario.
Manejo de los machos
Los machos destinados a reproductores se obtienen en general por trueque con los vecinos, y en su mayoría son de origen criollo, tanto de los tipos chilludo como pelado. Los reproductores se separan del resto del piño para su cuidado durante el verano. Esta práctica surgió frente a la necesidad de estacionar el servicio, luego se redistribuyen previamente al inicio del servicio. Los machos que no son destinados a funciones reproductivas, son castrados en la veranada cuando el chivito tiene entre 60 y 90 días.
El servicio se realiza en los campos de invernada cuando el piño regresa de las montañas. La fecha de inicio es definida en función de la altura en la que se encuentran los campos y su ubicación geográfica. El servicio es siempre a campo.
La parición tiene lugar en septiembre, octubre y noviembre; se da en un lugar reparado del campo o bien en un campo diferente a la invernada y veranada, denominado primavera. El manejo de las crías es natural, son apartadas de la madre entre los 2 a 30 días de vida permitiendo que pastoreen libremente y regresando por la tarde al rodeo donde se controla el amamantamiento.
El sistema tradicional se sustenta en el uso de pastizales y arbustales naturales existentes en la zona norte.
Se destaca la gran rusticidad de los animales, sin embargo de modo preventivo ante la aparición de enfermedades, se practica la separación de los animales enfermos y el uso de antiparasitarios.
El desplazamiento cíclico de los rodeos es la respuesta aportada a las difíciles condiciones agroecológicas.
Los arreos de primavera se hacen entre los meses de noviembre o diciembre y el regreso entre los meses de marzo y mayo en función de las condiciones climáticas y la ubicación y distancia de los campos. El arreo de los caprinos puede durar entre 1 y 30 días y se hace normalmente a caballo y excepcionalmente a pie. Los arrieros llevan dos o tres perros para aliviar el trabajo.
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