El Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible de la Nación, que conduce Juan Cabandié, realizó tareas de supervisión en el zoológico de Luján para corroborar los avances realizados por el establecimiento, en el marco de la clausura preventiva adoptada hasta tanto se cumplan los estándares requeridos de bienestar animal.
La acción de la Brigada de Control Ambiental (BCA), que depende de la Secretaría de Control y Monitoreo Ambiental, a cargo de Sergio Federovisky, buscó constatar el grado de cumplimiento de la resolución dictada por el Ministerio en septiembre de 2020 que estableció la clausura preventiva total del zoológico debido a los sostenidos incumplimientos de la normativa vigente.
La medida obligaba al establecimiento a elaborar un programa de reconversión; contar con la inscripción y habilitación por parte de la cartera de Ambiente nacional, la provincia de Buenos Aires y la municipalidad de Luján; realizar el inventario de todo su plantel faunístico y velar por el bienestar y la alimentación de los animales hasta que se cumpla con lo ordenado. Además, se exigió la presentación de información sobre el marcaje de los ejemplares y su rastreo satelital, ante las numerosas denuncias de decesos y comercio ilegal.
En tal sentido, la BCA inspeccionó el cumplimiento del requisito de identificar a través de microchip, anillado o marcación u otro dispositivo autorizado por la autoridad de aplicación, según las características del animal. Asimismo, se marcaron los últimos ejemplares de tigres (Panthera tigris), leones (Panthera leo) y osos pardos (Ursus arctos) que aún se encontraban sin identificación, a los que se les colocó un microchip.
Esta acción constituye un paso necesario para el posible traslado de dichos ejemplares a una institución en la República de la India, con las condiciones adecuadas para ser albergados. El microchip es un elemento que permite identificar al ejemplar de forma permanente. Cada elemento contiene un código único de identificación que se activa al ser leído por un escáner. Este dispositivo no tiene energía propia, no produce ninguna señal, ni necesita baterías. Es un elemento de identificación pasivo, dura toda la vida del animal y no produce efecto nocivo. El escáner lector emite una radiofrecuencia de bajo alcance que provee la energía suficiente para leer la información del microchip y así poder identificarlo.
El objetivo final de estas acciones es velar por el bienestar de los animales y reconvertir al actual zoológico en un establecimiento con mejores condiciones para la preservación de la fauna silvestre.
De la jornada también participó personal especializado de la Dirección Nacional de Biodiversidad, de la Secretaría de Política Ambiental en Recursos Naturales de la cartera ambiental nacional, a cargo de Beatriz Domingorena, quienes también se ocuparon de constatar el estado de situación del establecimiento en el marco de las tramitaciones que se llevan a cabo para la futura reconversión del mismo.