a papaya produce frutos de buena calidad de en lugares con gran insolación y con temperaturas de 22 a 28° C, estas características restringen su cultivo a escala comercial a algunas zonas del norte de nuestro país (Salta, Jujuy, Formosa, Corrientes y Misiones) donde la incidencia de heladas es mínima, pudiéndose encontrar excepcionalmente pequeñas plantaciones hogareñas en zonas resguardadas del frío en otras provincias como Entre Rios, Chaco y Santa Fe.
La superficie actual cultivada de mamón en Argentina es de alrededor de 450 hectáreas; distribuidas principalmente en las provincias de Salta 50 ha; Formosa 20 ha, Misiones 360 ha y Corrientes 20 ha. La producción nacional de mamón es de aproximadas 10.000 toneladas anuales de frutas con destino principalmente para industria. En Misiones la producción de mamón cuenta con antecedentes desde la década del cincuenta, en ese entonces se cultivaban alrededor de cincuenta hectáreas, y el destino de la producción era la industrialización de frutas en almíbar y dulces. En la actualidad se contabilizan más de 350 productores y se estima una producción anual de alrededor de 5.000 a 6.000 toneladas de fruta. En la provincia se podrían identificar cinco zonas productoras localizadas en los departamentos de 25 de Mayo, San Ignacio, General San Martín, San Pedro y el municipio de Andresito. A nivel provincial la fruta se industrializa especialmente a través de la Cooperativa Alto Uruguay Limitada (CAUL) y la Cooperativa de Productores Yerbateros de Jardín América, mientras, el grueso de la producción anual se envía como fruta verde ó salada para su procesamiento a empresas localizadas en las provincias de Córdoba, Santa Fe, Mendoza y Buenos Aires principalmente.
El mamón presenta distintos tipos de flores las cuales influyen en la forma y cantidad de frutos. La identificación de las plantas a través de las flores sólo puede ser hecha al inicio de la floración. Normalmente los productores mantienen un alto número de plantas seleccionando luego las femeninas y las hermafroditas por ser las productivas. Lo recomendable es conseguir semillas de una variedad identificada y seleccionadas de flores hermafroditas auto-polinizadas o polinizadas por otra hermafrodita que garantiza un alto porcentaje de plantas productivas y ahorrar el costo del raleo de plantas masculinas.
El método utilizado para su multiplicación comercial es a través de plantines obtenidos de semillas. El marco de plantación adecuado para Misiones es de 2 m entre plantas y 3,5 a 4 m entre filas que implican unas 1250 plantas/ha; con esta densidad la producción será de unas 24 tn/ha pudiendo llegar hasta 50 tn/ha dependiendo de la variedad, del manejo y fundamentalmente de la incidencia de heladas. Normalmente en todas las regiones productoras del mundo, al tercer año se renuevan todas las plantas ya que luego del pico de producción del segundo año comienza a descender la misma haciéndola inviable comercialmente, además, debido a la forma de cargar las frutas en la planta, año a año la producción se encuentra a mayor altura lo cual aumenta los costos de cosecha.
El ácaro blanco Polyphagotarsonemus latus Banks. (1904) de la familia Tarsonemidae, constituye la plaga más grave del cultivo; daña la planta de mamón ubicándose en las hojas nuevas durante la brotación del árbol y como resultado del ataque, las mismas se tornan cloróticas y se reducen casi a las nervaduras lo que produce una paralización, tanto de la actividad vegetativa como de la reproductiva. Las hojas afectadas generalmente se secan, mientras que otras pueden deformarse de modo que al final del ataque, no quedará follaje alguno en la parte terminal del tronco, y los frutos que eventualmente hayan crecido pasarán a estar directamente expuestos a los rayos solares que los queman, perdiendo así su calidad comercial. Los ácaros son de muy pequeño tamaño, la hembra adulta generalmente alcanza 0,22 mm, la presencia de los ácaros pasa inadvertida hasta el momento en que bajo condiciones favorables, alcanzan altos niveles poblacionales y los daños en la planta son evidentes.
Lo más importante para el control del ácaro blanco es un monitoreo de los brotes de la planta que debe ser realizado con frecuencia semanal con lupa de 10 aumentos como minimo. Se determinó que al menos tres hojas jóvenes del brote apical de la planta de mamón deben ser observadas siendo este tipo de hojas las más representativas para el muestreo. También es importante resaltar que al menos el 10% del total de los árboles del lote deben ser observados para tener una idea más ajustada del nivel poblacional del ácaro para decidir sobre la aplicación de acaricidas para su control. Del estudio de la curva poblacional se deduce que la población se mantiene estable con tiempo fresco y húmedo pero comienza a crecer exponencialmente a partir del aumento de la temperatura con reducción de la humedad relativa del aire, momento en el cual se recomienda realizar la aplicación. Debido al clima de la provincia ocurren momentos como éstos durante toda la primavera y verano. Es por ello que esta plaga es considerada limitante para el cultivo.
Otro problema importante es la viruela o “pinta preta” causada por el hongo Asperisporium caricae Maubl., en las hojas, la enfermedad causa manchas pequeñas y de forma redondeada en la cara abaxial , cubierta por una masa pulverulenta de color negro, correspondiendo en la cara adaxial a manchas necróticas, de coloración pardo-clara circundadas por un halo clorótico. Las hojas muy infectadas se tornan amarillas y se secan. Como esta enfermedad causa la caída de las hojas, hay una pérdida de vigor y reducción general de la vitalidad de la planta, con producción de frutos inferiores en cuanto a la calidad de los mismos. En los frutos se forman pústulas semejantes a las hojas, pero de tamaño mayor (hasta 4 mm) inicialmente de aspecto alargado, las cuales más tarde se tornan salientes y parduzcas, luego de color negro, los síntomas son más severos a medida que aumenta la madurez del fruto. Tales lesiones no penetran en la pulpa del fruto, limitándose a causar un endurecimiento de la cáscara en la porción correspondiente a la mancha, pero el aspecto de un fruto afectado de viruela lo convierte en uno de escaso valor comercial.
En la Provincia de Misiones el cultivo del mamón se ha ido expandiendo en los últimos años. Existen varias causas que motivaron al productor a invertir tiempo y esfuerzo en él. Una de ellas ha sido el precio favorable de las frutas de mamón con destino a la industria de mermeladas, frutas en almíbar y abrillantada, en relación con los bajos precios percibidos por el productor en otros rubros tradicionales. La otra es que constituye un excelente cultivo para ser consociado con especies forestales al inicio de la plantación, frutales como los cítricos u otros anuales como mandioca que se desarrollan en la provincia. Además el mamón es una planta de rápido crecimiento y producción ya que a los diez meses desde la plantación es posible lograr la primera cosecha, al segundo año, el mismo ya se encuentra en el pico de producción para empezar a decaer en el tercero y en el cuarto año su producción deja de ser rentable.
El cultivo de mamón persiste por la demanda de las industrias radicadas en otras provincias principalmente en Córdoba donde se utiliza como base de mermeladas; por otra parte en la provincia de Misiones y Corrientes existen varias cooperativas que acopian y elaboran el tradicional mamón en almíbar, mermeladas y frutas confitadas o abrillantadas cuyo principal uso es en confituras y en el tradicional pan dulce de fin de año. Finalmente se destacan la gran cantidad de pequeñas industrias familiares que elaboran mamón en almíbar y mermeladas “caseras” de mamón cuyo excedente se vende en las localidades cercanas y en las ferias francas de toda la provincia.
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