n esta región se pueden distinguir dos subregiones: Mendoza y San Juan, con características bien diferenciadas.
Argentina es uno de los mayores productores en el mundo, y Mendoza es su región más importante, representando un 75% del total. Otras zonas son Salta, Río Negro, San Juan, Catamarca y La Rioja.
El enoturismo en Argentina destaca por su exitosa atracción de público a las bodegas. Es uno de los países del mundo que recibe más enoturistas.
Es una región geográficamente amplia. Se encuentra ubicada entre los 22° y 29° de latitud sur. Comprende el sur de la provincia de Salta,
Catamarca y la Rioja y el noroeste de Tucumán. El cultivo de la vid encuentra su mejor expresión en los valles cordilleranos irrigados,
cuya altitud oscila entre los 1.000 y 2.000 metros sobre el nivel del mar. Tales como Cafayate en Salta, Andalgalá y Tinogasta en la
provincia de Catamarca y Chilecito en La Rioja.
Representa el 91,45 % de la superficie con viñedos del país. Se extiende desde los 29,5° a los 36° de latitud sur. El cultivo de la vid en esta región se realiza a altitudes que superan los 500 metros sobre el nivel del mar.
Comprende áreas bien determinadas de las provincias de La Pampa, Neuquén y Río Negro, donde la viticultura se asienta principalmente
en las márgenes de los ríos Negro y Colorado. A diferencia de otras regiones del país la vitivinicultura constituye una actividad secundaria
en la economía de esta región y el cultivo de la vid ha decrecido sensiblemente en los últimos años.
Argentina produce las variedades internacionales pero logra diferenciarse con vinos de cepas peculiares, como la Torrontés que es una uva blanca aromática, casi rústica pero con carácter propio y la tinta Malbec que se caracteriza por dar vinos intensos y frutados.
En la provincia de Mendoza predominan las variedades rosadas (49,83 % de la superficie cultivada) que se destinan principalmente a la elaboración de mostos concentrados y vinificación. Entre éstas podemos citar: Criolla Grande, Cereza, Moscatel Rosado y Gewurztraminer destinada esta última a la elaboración de vinos finos.
Las variedades tintas de vinificar representan el 25,62 % de las plantaciones. Entre ellas merecen mencionarse Malbec, Cabernet Sauvignon, Merlot, Syrah, Pinot Noir, Barbera, Sangiovese, Tempranilla y Bonarda, entre otras. Los cepajes blancos de vinificar abarcan el 24,55 % de los viñedos de la provincia. Las variedades cultivadas son: Chenin Blanc, Torrontés Riojano, Ugni Blanc, Semillón, Tocai Friulano, Chardonnay, Riesling, Sauvignon Blanc, Moscato Blanco y Pedro Giménez, entre otros.
En el norte existe un neto predominio de las variedades rosadas y blancas de vinificar. La variedad Cereza, es utilizada con tres finalidades: vinificar, consumo en fresco y elaboración de pasas.
También se cultivan en menor cantidad Torrontés Riojano, Sultanina Blanca, variedad para pasa, Bonarda y Moscatel de Alejandría.
En el sur se cultivan variedades tintas y blancas de vinificar, de alta calidad enológica, tales como Malbec, Merlot, Syrah, Pinot Noir, Cabernet Sauvignon, Bonarda, entre las primeras y Torrontés Riojano, Pedro Giménez, Semillón, Torrontés Sanjuanino, Sauvignon, Torrontés Mendocino y Chenin, entre las blancas.
En Argentina se está desarrollando el modelo europeo de identificación por el origen, definiendo así en su legislación el Vino Regional: es el vino genuino elaborado en las provincias de La Rioja, San Luis, Catamarca, Córdoba, Jujuy y Salta, o los vinos de otras provincias que el Instituto declare incluidos en esa denominación, que no tengan cortes o mezclas con vinos de otra procedencia y siempre que en su elaboración se emplee exclusivamente uva producida dentro de la provincia y que su fraccionamiento se efectúe en origen.
el Instituto queda facultado para establecer excepciones a la calificación de "vino regional", en los casos individuales en que no se justifique.
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