En el NOA, el monocultivo del poroto común, sumado a las prácticas agrícolas solo enfocadas en la productividad, constituyen un uso poco sustentable de los recursos naturales e impactan negativamente en los servicios ecosistémicos que el suelo provee. Por esto, especialistas del INTA Salta evalúan en suelos poroteros los efectos de la inclusión, en la secuencia agrícola de leguminosas (arveja y melilotus) y gramíneas (avena y trigo), como cultivos de servicio invernales, en comparación con sistemas productivos bajo monocultivo de poroto.
Resultados preliminares del estudio, que se realizó durante tres años consecutivos, indicaron que la introducción de cultivos de servicio (CS) en la secuencia incrementó significativamente la abundancia de los principales grupos microbianos y del carbono y nitrógeno de la biomasa microbiana, así como facilitó una rápida mejora de la calidad física y química del suelo
Carolina Perez Brandan —especialista en microbiología agrícola del INTA Salta— junto con Jorgelina Huidobro y Carla Aban, del Grupo de Recursos Naturales de misma unidad, se enfocaron en el estudio de la intensificación de la secuencia agrícola a través de la inclusión de leguminosas y no leguminosas en suelos degradados provenientes del monocultivo de poroto.
“Luego de tres años, determinamos que los cultivos de servicio mejoraron la calidad del suelo y los rendimientos del cultivo de poroto común”, explicó Perez Brandan y agregó: “Esto también resultó en una mejora en la microbiota de la rizosfera, comparada con un sistema de monocultivo”.
La inclusión de los CS aumentó el contenido de carbono y nitrógeno de la biomasa microbiana del suelo en más del 50 %. Del mismo modo, la respiración microbiana del suelo y las actividades enzimáticas mejoraron.
“Los cultivos de servicio consociados (avena y vicia) tuvieron un efecto positivo sobre la calidad del suelo, pero ese impacto fue menor en comparación con los cultivos de servicio que incluyeron leguminosas y gramíneas utilizados como cultivos únicos”, expresó Perez Brandan y destacó que “la sustitución del barbecho de invierno durante tres años consecutivos, ya sea por cultivos de servicio únicos o mixtos permitió mejorar la abundancia, composición y actividad de la comunidad microbiana de la rizósfera, mejorando en definitiva las características fisicoquímicas y biológicas de un sistema degradado”.
“La información generada en esta investigación contribuirá al estudio sobre la inclusión de determinados cultivos de servicio en estrategias conservacionistas para recuperar la salud del suelo y minimizar su degradación, manteniéndose el rendimiento de los cultivos”, puntualizó la especialista del INTA.
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