legidos por su exquisito aroma, el tomillo, el orégano y la albahaca se destacan por realzar el sabor de las comidas. Además de su utilización culinaria, estas hierbas pueden ayudar, de manera biológica y natural, a controlar las plagas que dañan los cultivos de la huerta.
A diferencia de las hortalizas, las plantas aromáticas pueden desarrollarse en suelos pobres en nutrientes, con buena granulometría y drenaje. Se caracterizan por su adaptación en lugares muy soleados y por su capacidad de crecimiento en pequeñas macetas.
El secreto para potenciar el aroma de estas tres hierbas es su exposición al sol. Se requiere de temperaturas medias superiores a los 15 grados centígrados. Se las puede ubicar en balcones y canteros orientados al norte, así como al aire libre. Cualquiera de estas aromáticas puede cultivarse en suelo o contenedores con una profundidad no menor a los 35 centímetros.