anta Ana es una de las joyas más preciadas del barrio de Colegiales. La panadería española, que funciona desde 1951, es reconocida por la invención de un nuevo pan y suma adeptos dentro y fuera de la Capital Federal.
El pan hueso se convirtió en el producto estrella de este negocio familiar. Se trata de una preparación con masa madre que es elaborada a través de procesos de fermentación. “Cuando me hice cargo del negocio familiar supe que quería hacer algo distinto como maestro pastelero. Antes de arrancar, tomé cursos en Francia y España sobre estos procesos de fermentación”, explica Benjamín Cires, dueño del local.
El Pan Hueso es suave, de corteza delicada y pensada exclusivamente para los clientes fieles de la panadería, que son los adultos mayores. De forma similar a la de un hueso, su delicada elaboración conlleva cinco horas de trabajo. Santa Ana cuenta con modernos hornos de calor envolvente para una impecable finalización.
Con el objetivo de llegar a otro público, la panadería ofrece panes de estilo europeo como baguette, miñones y flautitas durante los fines de semana. “En la semana me compran los vecinos que buscan el pan hueso de harina común o integral. Los domingos vienen jóvenes porque en el barrio se comenta sobre la panadería y van llegando cada fin de semana nuevos clientes”, expresa Cires.
La panadería familiar se encuentra en Conde 1502 y está abierta de martes a domingos.