Antiguamente existían grandes extensiones de bosques de algarrobos cuyo nombre científico es Prosopis pallida. Hoy en día está en peligro de extinción por el indiscriminado consumo de su madera como carbón y leña, sin embargo aún podemos encontrar algunos bosques en comunidades campesinas comprometidas a su cuidado y conservación.
Su fruto es una vaina (algarroba) con gran valor nutritivo que desde la antigüedad se emplea como alimento en polvo (harina, miel (algarrobina) y tostado (café), entre otras presentaciones. Pero estas comunidades no tienen los conocimientos ni herramientas necesarias para aprovechar las producciones al máximo, pues con la rapidez que se infesta el fruto se pierde aproximadamente un 60-70% de la producción.
Por todo ello hay muchas empresas que se están preocupando por investigar la potencialidad del fruto y sus posibles formas de comercialización como producto orgánico transformado especialmente en harina y cumpliendo con toda la normativa legal que todo ello implica.
El fruto del algarrobo (la algarroba), es una vaina de color castaño que puede llegar a medir hasta treinta centímetros, contiene una pulpa de consistencia gomosa, sabor dulce y agradable, que rodea a unas pequeñas semillas. Su nombre proviene del árabe y el árbol es originario del Mediterráneo.
Sus bondades resaltan nutricionalmente sobre la composición del cacao.
El fruto fresco actúa como laxante, sin embargo su harina, es antidiarreica y tiene la propiedad de absorber las toxinas del conducto digestivo.
Por su aporte en fibra, ayuda a regenerar la flora intestinal, disminuyendo bacterias e incrementando la flora de los lactobacilos, convierten el líquido en gel coloidal, distienden las paredes intestinales y estimulan un correcto movimiento intestinal.
La resina del algarrobo es recomendada para los tratamientos del asma, cistitis, laringitis e indigestión, además de ser un excelente agente expectorante, limpiando de esta manera las vías respiratorias.
La presencia de taninos (antioxidantes) que evitan la formación de células cancerígenas, actúan como antinflamatorios y antirreumáticos.
La harina es soluble en líquidos, por lo cual puede mezclarse rápidamente con agua o leche, sin necesitar cocción. Como dijimos, con la harina tostada y agua se elabora una exquisita torta horneada conocida como patay, que puede consumirse a modo de turrón.
La harina de algarroba puede tomar el lugar del chocolate en la preparación de tortas y postres. Se utiliza directamente en lugar del cacao en polvo para incorporar en masas. Si se pretende usarla como baño cobertura, basta esparcir la harina de algarroba sobre agua caliente, remover bien y añadir un poco de aceite o manteca para compensar su falta de sustancias grasas con respecto al chocolate. A continuación una serie de sugerencias para incorporarlo en platos dulces y salados
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