n blend no es otra cosa que la mezcla entre hojas de la planta de té con flores, frutas, hierbas, especias, esencias, cortezas y muchos otros ingredientes más. Estas mezclas dan como resultado aromáticas y deliciosas infusiones: se alejan de la naturaleza intrínseca de un té puro y proyectan nuevos sabores.
Los primeros blends de té se elaboraron en China con fines medicinales: las tisanas, que mezclaban hojas de la Camellia Sinensis con flores como jazmines, crisantemos y osmantos. A partir del siglo XVII, con la llegada del té llega a Occidente, se comenzaron a incorporar distintas esencias para deleitar sensorial y gustativamente. Posteriormente, su consumo fue popularizado por Gran Bretaña.
Para elaborar un buen blend es importante considerar la proporción de té, respetar las hebras bases y preservar la naturaleza de los ingredientes. Nunca representará ni gustativa ni sensorialmente lo mismo un té elaborado con una esencia de determinada flor que uno elaborado directamente con el pétalo de esa flor.
Existe una posibilidad infinita de blendings, de todo tipo y color: blends fuertes, suaves, especiados, frutados, picantes, etc. Entre los principales se encuentran: Earl Grey, Chai Tea, Ceylon Tea, Oolong y Pu Erh, entre otros. Un tea blender realizará distintas mezclas de acuerdo a la profundidad sensorial del té que elija. Por ejemplo, los Tés Blancos combinan muy bien con pétalos de rosas, frutas blancas y hojas de mentas. Los Tés Verdes combinan bien con jazmín, osmantos, almendras, arroz tostado, cítricos, frutas tropicales y esencias. El Pu Erh puede suavizarse con crisantemos, jazmín, cítricos, jengibre y especias picantes. El Oolong Oxidado, con especias y frutos secos y el Oolong Verde con cítricos y flores sutiles. Por último, los Tés Negros pueden combinarse con muchos ingredientes, como flores, frutas, nueces, caramelos, especias, etc.
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