Lantana montevidensis: el arbusto rastrero con flores ideal para cubrir suelos y borduras

Las plantas cubresuelos tienen su encanto. Y si además regalan unas bellísimas flores, ¡más todavía! Es el caso de la Lantana montevidensis, conocida vulgarmente como lantana rastrera, una de las opciones más elegidas para bordear caminos, decorar canteros y cubrir casi todo tipo de suelos con encanto. También se puede cultivar en macetas en balcones y terrazas.

El género Lantana pertenece a la familia de las Verbenaceae y está formado por unas 150 especies de arbustos y plantas vivaces originarias de América del Sur. Y entre ellas se encuentra nuestra candidata de hoy: la Lantana montevidensis.

Esta planta es un arbusto perenne de porte compacto y rastrero que pueden alcanzar el metro y medio de altura. Tiene hojas aterciopeladas, de color verde oscuro, ovaladas con ápice agudo y borde dentado. Pero su punto fuerte está en sus llamativas flores que surgen en pequeñas umbelas axilares y pueden ser de color violeta o rosa, y florecen desde la primavera hasta bien entrado el otoño.

Como si fuera poco, es una especie rústica y fácil de cuidar.

Ficha Botanica

Familia: Verbenaceae.

Origen: América del Sur.

Nombre científico: Lantana montevidensis.

Nombres comunes: Lantana rastrera.

Características: arbusto rastrero, en forma de mata. Hojas de 5 centímetros de largo, dentadas, color verde oscuro. Produce bellas flores que conforman cabezuelas en color violeta o rosado, con el centro blanco.

Tamaño: alcanza una altura de 30 centímetros y un ancho de hasta 3 metros.

Floración: desde la primavera hasta bien entrado el otoño.

Luz: pleno sol o semisombra.

Riego: moderado, esperando a que se seque la tierra antes de volver a regar. Resiste muy bien la sequía.

Temperatura: no le gusta el frío y puede no resistir las heladas intensas.

Sustrato: prefiere suelos fértiles y ligeramente ácidos, con buen drenaje.

Fertilización: e suficiente con un abonado anual a base de compost hacia principios de la primavera.

Multiplicación: por semilla o esqueje.

Poda: conviene podar ligeramente a finales de invierno para darle un aspecto más compacto e ir eliminando las ramas secas y las flores marchitas.

De Raizar.com