En este escenario, un equipo de investigadores de la Universidad de Bath, en el Reino Unido, ha reportado avances significativos en esta problemática.
En un esfuerzo por reducir la huella de carbono de la industria farmacéutica, los investigadores de Bath lograron sintetizar con éxito dos analgésicos muy comunes utilizando un compuesto proveniente de los pinos, que es un subproducto de desecho de la industria papelera.
Utilizando β-pineno biorrenovable, un componente de la trementina que se produce como desecho en la industria papelera, el equipo ha desarrollado un método para crear una variedad de precursores farmacéuticos. La producción anual de trementina supera las 350.000 toneladas.
En sus investigaciones, han logrado convertir con éxito el β-pineno en dos analgésicos comunes: el paracetamol y el ibuprofeno, que tienen una producción anual de alrededor de 100.000 toneladas.
Además, han sintetizado con éxito otros precursores químicos a partir de la trementina, incluyendo el 4-HAP (4-hidroxiacetofenona), que es el precursor de fármacos como los betabloqueantes y el salbutamol, un medicamento inhalador para el asma. Estos precursores también se utilizan ampliamente en perfumes y productos de limpieza.
El objetivo de este enfoque de «biorrefinería» más sostenible es reemplazar la dependencia de productos derivados del petróleo en la industria química.
El Dr. Josh Tibbetts, investigador asociado en el Departamento de Química de la Universidad, explicó: «Utilizar petróleo para fabricar productos farmacéuticos es insostenible. No solo contribuye al aumento de las emisiones de CO2, sino que también estamos sujetos a la fluctuación de precios debido a nuestra dependencia de la estabilidad geopolítica de los países con grandes reservas de petróleo. En cambio, queremos reemplazarlo con un modelo de ‘biorrefinería’ en el futuro».
El modelo de biorrefinería basado en la trementina propuesto utiliza subproductos químicos de desecho de la industria papelera para producir una amplia gama de productos químicos valiosos y sostenibles que pueden ser utilizados en diversas aplicaciones, desde perfumes hasta paracetamol.
En lugar de emplear un gran reactor para crear lotes separados de productos químicos, este método utiliza reactores de flujo continuo, lo que permite una producción ininterrumpida y una expansión más fácil.
Aunque el proceso actual puede ser más costoso que el uso de materias primas basadas en petróleo, los científicos son optimistas de que los consumidores podrían estar dispuestos a pagar un precio ligeramente más alto por productos farmacéuticos más sostenibles que se derivan completamente de fuentes vegetales.
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