Balance de las exportaciones de peras y manzanas

Las estadísticas de exportaciones de pera y manzana de Argentina son un reflejo de la comercialización externa regional, y posibilitan trazar un panorama de la evolución de las exportaciones en el primer semestre de cada año, cuando finalizan las ventas a la mayor parte de los mercados del hemisferio norte. Las provincias de Rio Negro y Neuquén participan con el 90% del volumen total de exportaciones del país de estas dos frutas.

Los resultados que se alcancen en los primeros 6 meses del año definen en importante proporción los resultados de la comercialización anual de la producción frutícola regional, ya que por lo general representan aproximadamente el 70% de las exportaciones anuales.

La temporada de exportaciones del primer semestre de 2023, evidencia la continuidad de las tendencias que han experimentado en los últimos años. Las estadísticas muestran una recuperación de los volúmenes exportados de pera con respecto a 2022, y la persistente tendencia declinante de los envíos de manzana. En términos de toneladas exportadas, resalta la acentuada reducción que vienen experimentando las ventas externas de manzana, habiéndose reducido prácticamente a la mitad de los volúmenes máximos de años anteriores.

En términos de ingresos de dólares por las exportaciones, la temporada del primer semestre de 2023 ha significado valores menores a los de años anteriores. En 2018, la suma del valor declarado por las exportaciones de ambas especies en el primer semestre ascendió a 312 millones de dólares; en 2023 fue de 183 millones de dólares. La proyección del aporte cada vez menor de las exportaciones en términos de ingresos del complejo, significa una reducción de los ingresos que se traduce en menores retornos para la cadena frutícola, una de las razones que explican la disminución de las hectáreas productivas en las provincias.

Pocas novedades con los destinos

Las exportaciones de manzana se dirigieron a 26 países, con una proporción significativa de envíos al Mercosur y otros países de Sudamérica. Básicamente, las exportaciones de esta especie han quedado limitadas a los países vecinos, que reciben el 60% de las cantidades exportadas. Algunas variedades que se implantaron con perspectivas de exportar a países de Europa y América del Norte son enviadas hacia esos destinos, lo que evidencia que la renovación de variedades es la vía para posibilitar un aumento de exportaciones, pero las condiciones macroeconómicas del país atentan contra proyectos de inversión cuyo retorno es de largo plazo.

Las peras argentinas arribaron a 46 destinos, con una proporción significativa de envíos a mercados de Europa, América del Norte y Brasil. Esto posibilita acceder a un mayor número de países, con diferentes variedades y calidades. Las exportaciones de esta especie, a pesar del retraso en el tipo de cambio, no pueden ser desviadas hacia el mercado interno, que muestra reducidos índices de consumo, y por lo tanto deben continuar siendo comercializadas en mercados de exportación. La presencia de la región patagónica en los mercados de los países desarrollados es de larga data, y aún se mantiene la vigencia de su tradicional calidad.

En términos generales, puede concluirse que la trayectoria de nuestras ventas externas muestran una estabilización de los volúmenes de pera y la persistente declinación de las exportaciones de manzana. Los comercializadores de esta última prefieren abastecer el mercado interno, donde obtienen retornos superiores a los del mercado exterior. Los cambios en los gustos de los consumidores en los mercados europeos, hicieron que nuestras tradicionales variedades sean orientadas hacia países vecinos, a los cuales se puede abastecer con menores costos de transporte y entrega.

En cuanto al efecto del “dólar-soja” que implementó el gobierno nacional, y luego extendió a las economías regionales, no ha significado un volumen mayor de exportaciones. Sus efectos han sido morigerar parcialmente el retraso en la cotización del dólar respecto al aumento de los costos internos, y sus efectos se diluyen en la medida que el aumento del valor oficial del dólar se acerca al del dólar fijado para las exportaciones frutícolas.

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