Por la zona está la ruta de los seismiles, llamada así por los picos que poseen esas alturas – o más- formada en gran medida por volcanes. “Más de 220 volcanes hay en Antofagasta de la Sierra”, dice Julia María Alancay, quien aprovecha el fruto de un cultivo andino que se siembra y cosecha al pie de uno de esos volcanes, por la comunidad indígena.
Julia María hace unos ricos alfajorcitos con harina de quinoa que expuso orgullosa en la última edición de Catamarca Productiva, una exposición que sirve de vidriera para muchos emprendimientos productivos de aquella provincia.
Los alfajores que elabora Julia María se llaman La Coplera de Quinoa, con base en harina de ese alimento, que le compra a su tía, quien la siembra al pie del volcán en la comunidad indígena Antofalla.
La quinoa se cultiva en regiones andinas, y el emprendimiento de Julia María tiene mucha reminiscencia familiar: “Se me ocurrió a mí hacer alfajores de harina de quinoa, porque había un productor de quinoa muy conocido, don Pascual Fabián y se me ocurrió a mí comprarle la quinoa y empezar a hacer la harina. Vi a mis tías hacer la harina de maíz, de lo que ellos sembraban, porque ellos son de un puesto que se llama Las Quinoas. De ellos losvi como hacían la harina de maíz. Y entonces ahí empezó”.
La emprendedora andina cuenta además el origen del nombre de su empresa: “La Coplera es en honor a mi madre, que es una coplera de Antofagasta de la Sierra. Se llama María Menasalva”.
Durante una charla con Bichos de Campo, Alancay cuenta el secreto de la receta de sus alfajores: “A la harina de quinoa la mezclo con fécula de maíz, conocida como Maicena. Trato de poner un 70% de quinoa y el resto de maíz”.
BIchos de Campo