T
res aserraderos locales lograron exportar en conjunto, más de 30 toneladas de madera de lenga tras varios meses de negociaciones y trámites burocráticos. La madera tenía como destino la Forestal Russfin, ubicada en Punta Arenas y debió superar un estricto control fitosanitario para acceder al sector chileno de la Isla Grande de Tierra del Fuego.
El año pasado, los aserraderos locales El Araucano, Mansilla y Maderera del Sur, iniciaron un trabajo en conjunto para vender sus productos al país trasandino. La primera carga fue enviada en conjunto con el Aserradero Mansilla de Luis Mansilla el 10 de enero y el 11 de febrero se envió la segunda carga de madera, en conjunto con el Aserradero Maderera Del Sur.
Actualmente, en la región de Magallanes sólo existen dos importadores autorizados a ingresar madera aserrada de lenga procedente de la Patagonia argentina. Estas importaciones pueden ser realizadas bajo condiciones de excepción establecidas mediante un Acuerdo Bilateral fundado en la continuidad territorial del bosque patagónico.
Lo novedoso de este intercambio comercial internacional, es que hacía 20 años que Chile no introducía madera con fines de industrialización procedente de la Patagonia Argentina a la Tierra del Fuego chilena.
Por esta razón, los trámites necesarios para la exportación, se llevaron adelante con gran rigurosidad, tal es así, que las documentaciones fueron analizadas durante 20 días para su aprobación definitiva.
Funcionarios del Servicio Agrícola Ganadero (SAG) inspeccionaron la carga en a su ingreso por el control fronterizo de San Sebastián, constatando que la madera procedente de Tolhuin, reunía las condiciones fitosanitarias exigidas para su ingreso al territorio chileno.
El jefe de esa oficina, Cristián Gómez Figueroa, indicó que “toda importación de madera o sus derivados, tiene que cumplir con estrictas regulaciones fitosanitarias a fin de prevenir la introducción de plagas cuarentenarias no presentes en el país y de aquellas que están bajo control oficial”.
En este sentido, la partida fue sometida tanto a inspección documental como física por los inspectores, “a fin de verificar la condición sanitaria tanto del cargamento como de los embalajes que la acompañan, verificando que no transporten elementos orgánicos asociados al suelo, o que se hayan adherido durante el proceso de cosecha o acopio del producto. También, se busca establecer la ausencia de corteza y de insectos xilófagos o daños atribuibles a la acción de los mismos”, señaló.
Los productores celebraron los primeros resultados de un trabajo de cooperación mutua que se desarrolló en base al gran esfuerzo y sacrificio de toda la familia maderera que componen las empresas protagonistas.
Argentina Forestal