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l bovino Criollo Argentino (BCA) es una raza que, como todas las otras, posee un conjunto de características que permiten diferenciarla claramente de otros recursos genéticos. Se denomina BCA a los hijos del ganado español, introducido por Colón en 1493, nacidos en territorio americano. Colón, en su segundo viaje los desembarca en la isla La Española. En 1521 ingresan al continente, difundiéndose rápidamente. Llegan al Virreinato del Rio de la Plata en 1549, de la mano de Nuñez del Prado. Ingresan a la región del Tucumán, desde Potosí. Hay también otros ingresos que contribuyen a su expansión por todo el Virreinato.
A diferencia de otras razas donde el hombre tuvo un rol preponderante, en el BCA fue la selección natural la que durante casi 500 años la modeló genéticamente. Fue un proceso de Selección estrictamente funcional. Esta, por ejemplo, puede ser razón de ausencia de distocia en la raza. Funcionalmente es inaceptable.
El tamaño del animal debe guardar equilibrio con el ambiente nutricional. El BCA presenta un tamaño adulto moderado. La vaca Criolla adulta, con condición corporal 3 (escala 1-5) pesa 430 kg y llega a los 490 gorda (CC 4). El macho es un 50 % más pesado que la hembra.
El tamaño de la hembra es importante porque mantenimiento representa alrededor del 70 % de los requerimientos anuales; a los que hay que agregar gestación y lactancia. En ambientes nutricionalmente difíciles los vientres de mayor frame son más sensibles o menos estables.
Otra característica de gran importancia en una vaca de cría es su aptitud lechera. El BCA tiene una moderada producción lechera. Una vaca adulta genera en sus crías ganancias diarias predestete del orden de los 700 g/d. Entregando un buen terneros (170 kg con 210 días al destete), pero no espectacular.
Aptitudes lecheras superiores permiten obtener destetes de 210 kg, o más, a los 7 meses de edad. Estos destetes impresionan al criador, pero exigen a la hembra un gran esfuerzo nutricional. Si los recursos forrajeros no acompañan esta situación generan balances energéticos marcadamente negativos, que terminan afectando seriamente la eficiencia reproductiva del rodeo.
La facilidad de parto es una notable cualidad de la raza. En condiciones naturales cualquier tipo de dificultad al parto significa pérdidas de crías y de vientres. Es decir, pérdidas económicas importantes. La habilidad criadora expresa la capacidad del dúo vaca/ternero para generar un parto rápido, con muy bajo nivel de estrés para el ternero y la vaca. El ternero mama rápidamente, recibiendo el calostro necesario, y cuenta con los cuidados maternos necesarios para llegar al destete sin mayores problemas. Es decir, refleja una alta capacidad de supervivencia de los terneros hasta el destete.
La mansedumbre es una característica que destaca al BCA. Bajo ciertas condiciones de manejo, ésto puede ser una ventaja. En general facilita el manejo y disminuye los riesgos para el personal. Su temperamento es sinónimo de menor estrés en variadas situaciones, lo cual es favorable desde el punto de vista productivo en general.
La ganancia de peso posdestete del ganado Criollo está en concordancia con su frame. Si analizamos su curva de crecimiento veremos que su peso a todas las edades es inferior a razas de mayor frame. También sus ganancias diarias de peso.
Teniendo en cuenta su frame, Criollo tiende a deponer menos grasa corporal (o más tardíamente) que animales de frame similares. Esta es una característica que debería ser analizada por su importancia bajo ciertas condiciones de engorde. A la faena da un rendimiento carnicero (proporción de pierna, cuarto pistola, etc) similar a otras razas. Con una calidad de carne muy buena y semejante a otras. Sobre esta temática existe abundante bibliografía para consultar. Pero en general, se sabe que el componente genético es mucho menos relevante que el ambiental.
Este es un aspecto que debe evaluarse con mayor profundidad y amplitud. Desde el punto de vista empírico se ha señalado resistencia a Queratoconjuntivitis, sarna, etc. Desde el punto de vista experimental se ha destacado su resistencia a Garrapata. También se ha descripto su resistencia a cáncer de ojo, problema serio en ambientes de alta radiación.
BCA tiene la precocidad de un Bos Taurus de frame chico. Es decir, que recriando adecuadamente la vaquillona puede alcanzar la pubertad antes de los 15 meses y ser entorada con esta edad. El parto se produce sin ninguna dificultad por la capacidad de reducir el peso del ternero y adecuarlo a su desarrollo corporal. Para entorar a los 15 meses es recomendable un peso mínimo de 260 kg y reforzar la alimentación del ternero al pie. Hablando en criollo, si tuviéramos que definir al BCA en pocas palabras, diríamos que se trata de una raza especializada en la producción de terneros. Su alta fertilidad, facilidad de parto y habilidad criadora, generan porcentajes de destete elevados. Su frame y aptitud lechera moderada hacen a este recurso genético especialmente recomendable para condiciones nutricionales difíciles, como ocurre en la región Norandina, en condiciones de montes o renovales densos, en cuñas boscosas dominadas por plantas xerófitas, en zonas áridas de muy baja receptividad, etc.
En servicios colectivos los problemas de capacidad de servicio y comportamiento de los toros pasan inadvertidos. Sin embargo, en rodeos chicos, con pocos machos en servicio, el porcentaje de preñez pasa a depender mucho más del buen comportamiento de los toros durante el servicio. Por tener un prepucio corto a muy corto, Criollo no tiene problemas para funcionar en campos con fachinales o montes bajos. Las lesiones por prepucios pendulares acortan la vida útil del reproductor y elevan los costos de reposición. Es importante prestar atención al tema toros teniendo en cuenta que tienen una incidencia importante en los costos anuales de la actividad ganadera.
En lo fenotípico el BCA se caracteriza por su policromía, presentando todos los colores de capa del Bos taurus. El color predominante es el Doradillo, que puede combinar con diferentes proporciones y distribuciones de áreas blancas. A ésto se suma la existencia de animales azotados, barcinos o atigrados, y hoscos. Si bien, el BCA se destaca y reconoce por su típica y ampulosa cornamenta, también existen animales mochos en la raza.
En este sentido, es importante destacar la amplitud de criterio de los criadores, que en 1984, al formar la Asociación respetan al BCA con toda la variabilidad genética existente. Esto es muy importante en el caso del Mocho que en ese momento era un fenotipo poco frecuente.
Haciendo uso de la variabilidad fenotípica existente en BCA, INTA Leales (Tucumán) inició un trabajo de selección orientado a desarrollar una línea doradilla, de capa entera, y mocha.
Animales sin cuernos existían en el rodeo desde su constitución en 1959. Pero su frecuencia era muy baja. La condición de ser una característica dominante hizo fácil su rápida multiplicación. En síntesis, lo que se logró fue darle a Criollo una imagen más comercial, preservando todas las cualidades de la raza.
BCA puede utilizarse tanto como raza pura o como cruzante. En la región pampeana comenzó a usarse en servicio de 15 meses de las razas tradicionales (AA, Hereford, otras), para evitar problemas de distocia. Genera una hembra media sangre muy fértil y rústica que merece ser evaluada bajo diferentes escenarios.
En el NOA los cruzamientos están pocos desarrollados y deberán ir realizándose experiencias donde BCA puede aportar su facilidad de parto, su precocidad sexual y su resistencia a garrapata. Como raza pura, en los ambientes más duros, su desempeño será destacado. Sin embargo, Criollo, como cualquier otra raza, requiere cuidados mínimos si pretendemos explotar todo su potencial productivo. No hay razas mágicas, pero si razas que funcionan mejor que otras en determinados ambientes.
Un mensaje final, para los interesados en innovar. Decirles que utilicen al BCA, desarrollen sus experiencias, saquen sus conclusiones y, finalmente, difundan sus resultados.
CPIA
