El acuerdo fue rubricado entre la titular del organismo provincial, Andrea Confini y el presidente de la Fundación Gastón Dángelo, junto a la responsable de Relaciones Gubernamentales, Lucía Redondo.
A partir de la firma del convenio, la Secretaría de Energía se compromete a cooperar con la promoción y difusión de las actividades del proyecto, además de facilitar los permisos, las autorizaciones y relaciones con entes oficiales y municipios donde pueda desarrollarse.
Esta colaboración entre la Provincia y la Fundación busca consolidar una producción de energía a largo plazo con baja emisión de gases de efecto invernadero, contribuyendo a la carbono neutralidad y al desarrollo sostenible.
En este marco, Confini indicó que “con la implementación de este proyecto se está contribuyendo no sólo a la mitigación del cambio climático, sino también a la construcción de una sociedad más inclusiva y comprometida con el medio ambiente. Por lo que el proyecto se perfila como un ejemplo de cómo la colaboración entre organizaciones civiles y entidades gubernamentales puede generar un impacto positivo en nuestra sociedad”.
Los referentes de la Fundación destacaron el apoyo rionegrino al Proyecto Cáñamo y contaron algunos detalles sobre el quehacer de la organización, que trabaja acompañando personas autistas y sus familias desde el diagnóstico temprano hasta la inclusión laboral.
Según detallaron, la propuesta viene a cumplir dos objetivos. “Uno, es una investigación agronómica que nos va a permitir mejorar la calidad del suelo, del aire para fines productivos que está pensado para una investigación médica con el derivado del cáñamo, con la semilla, con la oleaginosa, que creemos que puede tener impacto directo en la salud”.
“Por otro lado, está pensado para generar una industria nueva, complementaria a la industria del gas y del petróleo, que genere mano de obra, que esté pensada desde la semilla como una industria inclusiva; que esté pensada y diseñada para dar espacios de trabajo a personas con discapacidad”.
Es una planta de rápido crecimiento, que tiene la capacidad de tomar grandes cantidades de dióxido de carbono por hectárea al año, más que cualquier otro cultivo o bosque. Sus beneficios ambientales fueron reseñados por Redondo, quien enumeró algunos aspectos relacionados con la fitorremediación, la captura y fijación de CO2, una huella hídrica muy baja y la capacidad de generar más de 300 usos industriales.
Con respecto al acuerdo que se firmó con Río Negro, Redondo indicó que se espera poder generar las condiciones para la realización de los estudios agronómicos “con el fin de observar cuáles son las modificaciones que sufre el ambiente en los sectores donde se va a producir la plantación”.
“Creemos que con acciones locales colaboramos y contribuimos a un flagelo que es global. Y también colaborar con la Provincia con este tipo de proyectos a las contribuciones determinadas a nivel nacional. Pensemos que hay una Ley de Cambio Climático que se trabajó en 2019, que está en funcionamiento; que el país ha desarrollado su plan de adaptación y mitigación al cambio climático; entonces, todas estas actividades y todos los desarrollos que se generen en estas condiciones van a ayudar a cumplir tanto con estas contribuciones como con los acuerdos internacionales que ha firmado la Argentina”, amplió la referente de la Fundación.
El cultivo de cáñamo como forma de mitigar la huella de carbono y promover la inclusión laboral es una innovadora iniciativa que promete beneficios tanto ambientales como sociales, por lo que este es un paso valioso hacia la construcción de un futuro más sostenible y equitativo para Río Negro y sus habitantes.
La Fundación Faro Patagonia es una organización sin fines de lucro que se dedica a brindar asistencia y apoyo a personas dentro del espectro autista y sus familias. Su objetivo es crear una sociedad inclusiva que garantice el acceso a la educación, la salud, la recreación y el empleo con apoyo para las personas con discapacidad, permitiéndoles un desarrollo y proyecto de vida digno y autónomo.