odos los 11 de octubre se festeja el Día Mundial del Dulce de Leche. Se trata de una iniciativa que propone rendir tributo a esta delicia nacional, reconocida como “Patrimonio Cultural Alimentario y Gastronómico de la Argentina”, tan representativa del país en el mundo entero como el mate.
El dulce de leche se creó en 1829 y la historia popular dice que fue en Cañuelas, Provincia de Buenos Aires y… ‘por error’: durante una reunión entre el General Lavalle y el General Juan Manuel de Rosas, una criada de la estancia olvidó la lechada (mezcla de leche y azúcar) al fuego. Al regresar a buscarla, encontró una sustancia espesa y de un color similar al marrón. Su sabor agradó a Rosas y se cuenta que compartió el dulce con Lavalle mientras discutían los puntos del Pacto de Cañuelas.
Solo leche y azúcar, y la calidad de la leche argentina es la que lo hace único. El típico color y sabor del dulce de leche se obtiene por la caramelización del azúcar con la leche (reacción de Maillard).
En Argentina se consumen 3,10 kg/cápita por año, y se producen anualmente, 128,000 toneladas. El 90% es para consumo local y el 10% restante para exportación (entre los mercados más importantes están, Chile, Brasil, Uruguay, Perú, USA, Canadá, Europa e Israel).
Es el 4° producto lácteo para las familias argentinas después de la leche, el queso, y el yogurt.
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