En ellas, las casas bioclimáticas están recibiendo cierta fama y son más los proyectos realizados en España para intentar aprovechar la energía eólica y solar de la que tan buena fama tenemos.
Sin embargo, la arquitectura bioclimática necesita un cambio de mentalidad en aquellas personas que quieran vivir bajo este entorno, ya que la disminución del impacto ambiental conlleva una serie de requisitos y desventajas que no todo el mundo estaría dispuesto a tolerar.
En cualquier caso, las casas bioclimáticas están estrechamente ligadas a la construcción ecológica, aprovechando todos los recursos disponibles en el medio como la luz solar, el agua de la lluvia, la vegetación exterior o el aire circulante.
En este artículo hablamos de casas bioclimáticas, en qué consiste esta tendencia y las principales ventajas y desventajas que nos encontramos en este tipo de arquitectura sostenible.
Comenzamos el artículo definiendo el concepto de casa sostenible o bioclimática, ya que muchas veces pecamos de relacionar equivocadamente el concepto «bio» y «eco» a todos los ámbitos de la vida. En general, una casa bioclimática es un tipo de construcción diseñado para aprovechar todos los beneficios que ofrece la naturaleza en cuestión de ahorro energético, confort climático y salubridad.
Por ello, la construcción bioclimática intenta aprovechar todos los recursos de la naturaleza y apuesta por materiales naturales o con el menor impacto posible para el medio ambiente, De ahí que sea una condición muy importante la ubicación de la vivienda, por lo que cada vez se integran más en espacios verdes, zonas de costa (como islas) y entornos de fácil disponibilidad a la luz y al viento.
El diseño, por tanto, es muy importante, ya que no se rige al máximo a la distribución que nosotros queramos hacer de la casa, sino que se adapta completamente al entorno y no al revés. Por ello, aparecen condicionantes como el de buscar un tipo de construcción que intenta aprovechar al máximo la exposición solar, el aire y el aprovechamiento del agua.
Se denominan también casas pasivas, y es el objetivo principales es tener un consumo energético lo más reducido posible, valorado este en una potencia inferior a 15 kwh por cada m2 de vivienda y año.
Este reto es muy difícil teniendo en cuenta la climatología española, donde podemos estar literalmente asados de calor en verano y congelados en invierno. Algunas de las características o principios básicos a los que se rige las casas bioclimáticas son los siguientes:
Es necesario realizar un diseño bioclimático para crear espacios con microclimas, ya sea con patios exteriores, cubiertas vegetales o paredes térmicamente aislantes.
Hay que utilizar herramientas pasivas para eliminar el calor en el interior de la vivienda en verano, ya sea utilizando medios naturales como enfriamiento pasivo tipo free cooling.
Es importante buscar el máximo aislamiento posible para reducir el consumo energético para adaptar la vivienda al confort mínimo necesario.
Se busca la utilización de energías renovables como la solar y eólica, siendo muy importante la ubicación final de la vivienda para el máximo aprovechamiento de estas dos fuentes.
La orientación y las aberturas al exterior son un requisito importante que condiciona todo el diseño de la casa bioclimática.
La naturaleza es un aliado de las casas bioclimáticas, buscando cubiertas vegetales, espacios sombreados y superficies reflectantes a través del uso de vegetación, plantas y árboles.
En cuanto al ahorro energético, cumplir con los requisitos anteriores que, básicamente, permiten poder tener una calidad de vida en el interior confortable (control térmico, renovación del aire, iluminación, etc.), requiere el máximo aprovechamiento de los recursos energéticos. Para ello, se recurre a la tecnología y a las opciones de recuperación de residuos u optimización energética:
Orientación preferente hacia el sur para el máximo aprovechamiento de la iluminación.
Uso de cubiertas aislantes mediante plantas o materiales ecológicos para conseguir un aislamiento térmico ideal (invierno y verano).
Buscar la mínima superficie posible expuesta al exterior o directamente al Sol.
Jugar con la ventilación cruzada para conseguir una renovación rápida del interior del aire sin apenas costos energéticos.
Optimizar al máximo el aislamiento de ventanas y aplicar protección solar frente a la radiación.
Recuperación de agua usada para su empleo en otros ámbitos, como la agricultura.
Uso de patios interiores para jugar con la iluminación en habitaciones interiores.
El aprovechamiento de todos los puntos anteriores hacen que las casas bioclimáticas sean modelos de eficiencia energética. Sin embargo, estas técnicas de ahorro de energía no son aplicables a todas las familias y construcciones, ya que conllevan un proceso de adaptación que no todas las personas están dispuestas a asumir.
Sin embargo, sabemos de sobra que el modelo de vivienda bioclimática es un concepto que poco a poco se introducirá de manera obligatoria, queramos o no, en el futuro, reduciendo al mínimo la explotación de energías no renovables, la contaminación atmosférica y la eutrofización.
En España, la orientación de la vivienda es muy importante, ya que condiciona enormemente la disponibilidad de luz y la entrada de calor al interior. Por ello, las casas bioclimáticas tienen por exigencia que la orientación sea principalmente al sur.
Por ejemplo, la orientación norte es bastante fría, por lo que en invierno se necesitará medios de calefacción que tambalean la exigencia de 15 kwh m2 y año de las casas bioclimáticas.
La orientación oeste en España tampoco es beneficiosa, ya que el Sol se encuentra a una altura muy baja en invierno, por lo que también genera frío. Por otro lado, en verano, la inclinación del Astro Rey, muy alta, hace que los rayos penetren las ventanas con el ángulo ideal, necesitando una buena cubierta protectora en el tejado.
-Mínimo impacto energético para el medio ambiente.
-Ahorro en la factura de la luz, gas natural y agua corriente.
-Aprovechamiento de materiales reciclados y nula contaminación a la naturaleza.
-Calidad arquitectónica mayor, con materiales aislantes y naturales, consiguiendo casas realmente atractivas.
-El coste de la vivienda se multiplica en su ejecución, con materiales más caros, pero lentamente se van amortizando con el ahorro de la factura energética.
-El diseño se rige por la optimización energética, por lo que podemos encontrarnos con reparto de espacios ligeramente peores a otro tipo de viviendas.
-Es necesario unas condiciones de aprendizaje y conciencia por parte de las familias que vivan en ella, acostumbrándose a los cambios de este tipo de vivienda.
-En cuanto a esto último, estos cambios se basan en tener que adaptarnos nosotros a la vivienda y no al revés. Esto quiere decir que, por ejemplo, el proceso de regulación térmica de la casa es mucho más lenta que enchufar directamente una bomba de calor, la entrada de luz a la casa cambia según la estación y debemos adaptarnos a ella o el mantenimiento de las cubiertas vegetales y las plantas que contribuyen al ahorro energético es mayor.
Por tanto, es necesario educar a las generaciones futuras a adaptarnos al medio ambiente en lugar de todo lo contrario, que es lo que sucede actualmente, y estamos sufriendo por ello a través del calentamiento global, menor disponibilidad de agua y más extremos térmicos que sufrimos de forma continua.
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