Amelia es Ingeniera Agrónoma y fitomejoradora de girasol, desarrolló más de 100 cultivares, y en el 2016 ganó el Premio Pustovoit, que es entregado por la Asociación Internacional de Girasol y es considerado como el más alto galardón que se le puede entregar a las personas que trabajan en el cultivo de girasol.
Expoagro (E): Actualmente sos la Vicepresidenta de la Asociación de Ingenieros Agrónomos de Junín (AIAJ). ¿Cuál es tu objetivo/labor allí y qué desafíos enfrentás?
Amelia Bertero (AB): Trabajar en girasol es hermoso, pero desafiante. Es un reto constante por la cantidad de temas que se deben tener en cuenta dentro del mejoramiento, resistencia a enfermedades, manejo del cultivo e industrialización.
Que me hayan invitado a participar de la AIAJ fue una sorpresa. También un reto, porque la experiencia adquirida me gustaría transmitirla y unirla a los nuevos conocimientos de los técnicos jóvenes. Es seguir aprendiendo y poner la impronta de mi experiencia adquirida en mis más de 50 años de trabajo.
E: Además, fuiste ganadora del Premio Pustovoit en 2016 ¿Cómo fue esa experiencia? ¿En qué momento de tu vida profesional llegó?
AB: Difícil de definir, fue una conmoción, susto, extrañeza, no lo podía creer. Era como que no me estaba sucediendo a mí. Un premio que nunca soñé que iba a recibir. Un homenaje demasiado grande. Y llegó cuando cumplí los 70 años y me estaba retirando de la actividad privada.
E: Cuando se habla de “mejoramiento de girasol” ¿Qué es lo que implica?
AB: Que en la década del ’70 del siglo XX, se cultivaban poblaciones de Girasol traídas por los inmigrantes europeos desde Rusia y seleccionadas por INTA y algunas empresas familiares. Tenían poca estabilidad de rendimiento y susceptibles a enfermedades. El promedio de rendimiento era de 700 Kg x has con 38-40% de aceite.
A principio de los años ’80, aparecieron en el mercado los primeros híbridos con rendimientos potenciales de 2500-3000 Kg por has y 48-50% de aceite. Actualmente el potencial de rendimiento es de 4000-5000Kg por has, con 53-55% de aceite. Es decir, con el mejoramiento continuo se logran varias cuestiones: alto rendimiento de aceite por has, ganancia genética, estabilidad de rendimientos, resistencia a enfermedades, adaptabilidad a zonas marginales, relocalización del cultivo, y selección de genotipo por ambiente.
AB: Por dos motivos, uno morfológico, es decir, por su raíz pivotante que tiene la capacidad de explorar el perfil y llegar a absorber agua de la cercanía de las napas. Y por su composición genética: el gen HA-HB4, que se incorporó a trigo, proviene del girasol, y le confiere al girasol alta tolerancia a condiciones de estrés hídrico.
AB: Ya desde el 2021 se fueron alineando las condiciones: sequía y altos precios. El girasol se posicionó en el 9° lugar de las exportaciones. En el 2022 fue el único cultivo que logró cumplir con las proyecciones iniciales: 4 millones de toneladas. En el 2023 está faltando humedad para la siembra en la zona norte, pero hay optimismo para la siembra en la región central y sur.
E: ¿Cuánto aumentó el área de siembra de girasol en los últimos años en Argentina?
AB: En la campaña 22-23 se sembraron 2,20 millones de has. Fue la mayor superficie de girasol para nuestro país desde la campaña 07-08. Marcó un incremento de alrededor del 14% en relación a la campaña 21-22.
AB: El Nitrógeno (N), Fósforo (P) y Potasio (K) responden muy bien a la fertilización, sobre todo en las zonas deficitarias. Se impone análisis de suelo para medir las posibles necesidades.
E: ¿Cuáles son los principales desafíos que enfrenta la industria del cultivo de girasol?
AB: La industria aceitera argentina tiene alta capacidad de molienda. Necesita estabilidad de la superficie sembrada, estabilidad de los precios internacionales y quita de las retenciones.
E: ¿Hubo algún avance reciente en investigación agrícola que se haya aplicado con éxito en el cultivo de girasol en nuestro país?
AB: Sí, podría mencionar cuatro avances:
-Ganancia genética en la relocalización zonal del cultivo: 23Kg. por has por año, con porcentajes de aceite de 55%.
-Resistencia a las principales enfermedades de cada zona. Más del 60% de los híbridos registrados en el Instituto Nacional de Semillas (INASE) en los últimos 5 años son resistentes o moderadamente resistentes.
-Resistencia a herbicidas del grupo de las imidazolinonas. 90% de los híbridos cultivados.
E: La sostenibilidad en la agricultura es un tema central hoy ¿existen prácticas o tecnologías sostenibles que se estén utilizando para mejorar la producción de girasol en Argentina?
AB: Claro, algunas de ellas son:
-Con casi el 80% de la superficie sembrada en directa y bajos requerimiento de insumos, el girasol se ubica como una alternativa sustentable.
-El girasol producido en Argentina tiene una muy baja huella de carbono en comparación con otros países del mundo.
-La liberación de lotes tempranos (febrero-marzo) facilita la integración con la ganadería.
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