La argentinidad al palo: En plena crisis cambiaria, creció el consumo de café importado, mientras se redujo el de la yerba mate y el té de origen nacional
En los primeros siete meses de 2023, en plena crisis de las importaciones y con un dólar exportador planchado, la elaboración de infusiones (yerba mate, té y café) cayó 6,8%.
Pero dentro de este rubro, lo curioso es que ganó terreno el café, que proviene enteramente del extranjero y por lo tanto cotiza en dólares; mientras que perdieron terreno las dos infusiones producidas en el país, la yerba mate y el té, que se pagan en pesos.
Algunos de los datos que rescata el informe de IES dicen que según el INDEC hubo descensos en las cosechas de yerba mate y té, que habrían recortado la oferta al mercado interno de ambas infusiones.
Así las cosas, en el caso del té (una economía regional del litoral con un alto perfil de exportación) la elaboración de la infusión exhibió un descenso de 13,4% interanual. La cosecha había retrocedido 7,1% en relación a 2022. No hay datos de consumo, pero se presume que también cayó.
En el caso de la yerba mate, la “bebida nacional”, la sequía también hizo mella en la oferta, pero “en el acumulado a septiembre de 2023, la producción de yerba mate molida y el consumo interno permanecieron con movimientos leves, exhibiendo altos niveles históricos”.
En este escenario, el consumo por habitante de yerba mate fue en los primeros nueve meses del año de unos 6 kilos por habitante, con una caída anual de 1,7%. En este caso, el grueso de la yerba mate producida (con más del 80%) tiene como destino usual el consumo de los propios argentinos.
La curiosidad entonces es lo que sucedió con el café, un cultivo que no se produce en la Argentina (salvo alguna experiencia aislada en Salta).
En tiempos en que era muy difícil importar cualquier mercadería por la escasez de dólares, las empresas cafeteras se las ingeniaron para -según los datos obtenidos por la consultora- vender más. Y así, “el consumo de café aumentó más de 12,6% en los nueve meses de 2023, ya que persiste el consumo de café en el hogar, por la expansión del consumo café en cápsulas, que se suma a las ventas en bares”.
Es decir, que los argentinos habríamos reducido este año el consumo de infusiones nacionales, pero incrementamos de modo notable las de la infusión importada. Esto tiene un costo importante, pues las importaciones de infusiones (casi todo es café) entre enero y septiembre de 2023 totalizaron 158,7 millones de dólares”,
En cambio, las exportaciones totales de infusiones (yerba mate y té) tuvieron un valor de 128,2 millones de dólares en el acumulado a septiembre, y verificaron una baja acumulada de 0,7% con respecto a los mismos meses de 2022. La balanza es claramente negativa.
Esta rareza, de acuerdo con la visión de IES, no podrá sostenerse por demasiado tiempo. Alejandro Ovando, su director, consideró que -ahora sí- “el segmento cafetero sería castigado en 2024 por un probable encarecimiento de las importaciones”. El café sería más caro, y esto permitiría recuperar terreno a las infusiones nacionales.
Hasta ahora los argentinos no se resignaron a dejar de beber la bebida importada, y los precios los ayudaron, a pesar de la fuerte inflación, porque una vez más los productos nacionales subieron más que los importados.
Dice el informe que en los primeros tres trimestres de 2023 “el café es la categoría que exhibe el mayor aumento, producto de la fuerte suba en los precios internacionales. El precio minorista del café molido verifica un aumento de 100,4% en el acumulado a octubre, mientras que el precio minorista del té en saquitos escaló 122,5% hasta octubre, y el precio de la yerba mate aumentó 138,6% en estos meses, a pesar de los controles del Gobierno por ser de amplio consumo”.
Para 2024, según IES, esta situación cambiaría: “El consumo de té y yerba mate se mantendría estable en altos niveles, aunque caería la ingesta de café. El consumo total de infusiones permanecería relativamente estable en 2024, a pesar de una probable merma en el consumo de café, ya que una potencial devaluación del tipo de cambio encarecerá las compras externas del grano, y el precio de venta al consumidor”.
Por otro lado, la yerba podría recuperarse. “La caída prevista en los salarios reales en 2024 ralentizarán el consumo masivo, pero las ventas de yerba mate podrían sostenerse por ser un bien cuya demanda crece cuando cae el poder adquisitivo”, establece el informe
Bichos de campo