La artesana bilbaina que decora los hoteles más lujosos con fibras naturales

Diseño, arte y producción artesanal, esos son los tres pilares de Sagarminaga atelier, de donde han salido una gran variedad de piezas para decorar lujosos hoteles y restaurantes tanto dentro del Estado como en el extranjero. Las columnas de cuatro metros de altura que ahora reinan en el majestuoso atrio del Hotel Experimental Regina de cinco estrellas salieron de este taller de Bilbao a través de las manos de Gabriela de Sagarminaga y su equipo. 

Fue en la cocina de su aita donde empezó a crear sus primeras piezas tras haber tenido que dejar su vida en Medellín para poder pasar junto a él la fase final de su enfermedad. Una vez aquí, empezó a trabajar con fibras vegetales creando piezas de todo tipo y volviendo a desarrollar lo que más le gusta: trabajar con las manos. Fue entonces, en 2017, cuando creó su atelier en el que todas las creaciones se hacen con elementos naturales y de proximidad. “Ahora estamos muy centradas en el esparto, que viene del sur, de la zona de Almería, pero también trabajamos mucho el carrizo, que viene de Mallorca, el castaño, que lo traemos de la cordillera cantábrica, y para los detalles utilizamos ratán, que este, al no haberlo en Europa, viene desde Asia”, explica esta artesana. 

Y aunque los materiales que utilizan llegan de varias partes del mundo, todos se juntan en su casa, en Bilbao. “Decidí montar aquí el atelier porque es una ciudad muy cómoda, accesible y hay ayudas que permiten arrancar un proyecto tan especial como este. Además, a nivel laboral la gente responde muy bien, somos muy serios trabajando; tenemos buena fama, la marca Bilbao ayuda”, explica sobre su decisión de ubicar su taller en la capital vizcaina. 

En la calle Tiboli donde se gestan grandes proyectos de diseño que luego lucen en lujosos hoteles como el Experimental Regina de Biarritz, como grandes columnas de cuatro metros confeccionadas con fibras de carrizo y detalles de ratán, o como estructuras de mimbre, cuadros de fibras y espejos que dan la bienvenida a los huéspedes en el hotel La Zambra, de cinco estrellas, en Mijas. Sin embargo, las creaciones artesanales de Gabriela de Sagarminaga no pueden verse solo en alojamientos turísticos, también en restaurantes de renombre alrededor de todo el mundo. Ejemplo de ello es el proyecto en el que se encuentra ahora inmersa para un reconocido restaurante de Dubái. Este próximo proyecto, confiesa, “es un reto técnico” al igual que lo fue el del Hotel Experimental Regina. Sin embargo, la ilusión que transmite esta artesana bilbaina a la hora de hablar sobre sus proyectos hace que nada se le resista. 

Todos los materiales, explica, son de origen natural y vegetal, ya que uno de sus objetivos es que sus piezas no fuesen dañinas para el medio ambiente. Su trabajo trata de “recuperar fragmentos de nuestras tradiciones y nuestra cultura”, y gran parte de las creaciones se basan en la investigación sobre las posibilidades de cada material y las diferentes técnicas de producción. Aunque trabaja con técnicas artesanales milenarias de trenzado propias de Europa y Japón, las fusiona con tecnología digital de corte numérico, ya que Gabriela asegura haber estado “siempre muy conectada con la tecnología”. “Cada vez nos estamos orientando más a piezas grandes que requieren como de estructuras internas y estas son todas muy especiales; creamos la forma digitalmente y luego hacemos nuestros revestimientos manuales”, explica, aunque también se pueden encontrar piezas más pequeñas que se han creado exclusivamente de forma manual. 

Aunque los grandes proyectos encargados por arquitectos e interioristas salen del atelier, esta bilbaina ha creado también una marca personal con piezas exclusivas que verá la luz, previsiblemente, el próximo mes de enero. Pero no se queda ahí, y es que con la creación de su tercer proyecto, Sagarminaga Collection, estas piezas de fibras artesanales made in Bilbao podrán ser creadas para hogares de particulares y replicadas tantas veces como se quiera. De esta manera, la nueva naturaleza de Gabriela inundará no solo hoteles y restaurantes, sino también, salones y habitaciones. 

Deia