De gran sabor y aroma. Fresas, frambuesas, arándanos, moras, grosellas… componen con sus colores vistosos, los escaparates de las mejores ferias nacionales e internacionales; haciéndonos partícipes orgullosos, de su gran potencial, crecimiento y reconocimiento. Muy valorados por los consumidores de muy diversos lugares. Nuestra agricultura, la española, nos permite disfrutar de ellos durante todo el año. Gracias al esfuerzo de los agricultores y de quienes mejoran cada día las soluciones existentes. De quienes hacen posible, gracias a la investigación, las nuevas variedades, la utilización de envases más sostenibles y capaces de alargar la vida de estos productos perecederos. Gran adaptabilidad en la cadena de distribución y el marketing en torno a este producto nacional, y en cómo éstos se presentan al mundo. Una interesante apuesta por procesos de producción innovadores, sostenibles y con altos estándares de calidad; que conocemos gracias a algunas de las voces más relevantes en el sector.
Son frutos con un alto contenido en vitaminas. Su demanda ha ido creciendo paulatinamente a nivel mundial, especialmente en Europa. Su consumo está ligado a un estilo de vida más saludable. Quienes los consumen lo saben y quienes los producen, han podido apreciar las ventajas de su cultivo. Un mercado ya consolidado y otro mercado emergente realmente interesante, que apuesta por la diversificación y que nos permite encontrarlos, en prácticamente todos los lineales, durante todo el año. En sus diferentes formatos, dan respuesta a una demanda al alza.
Los berries han llegado a España para quedarse. Así lo revelan los datos de consumo y una producción cada vez mayor. Según el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, la campaña 2022/2023 refleja “buenos resultados”, a pesar de haber estado marcada por las adversidades climáticas. Así, ha tenido una “evolución favorable, con un aumento de la producción de un 7,5%, con un volumen que hasta el momento supera las 457.000 toneladas, más de 30.000 toneladas por encima de la media de los últimos cinco años”. Destaca especialmente la cosecha de fresa y fresón, “con más de 320.000 toneladas y un incremento del 10% con respecto a la campaña anterior”. Por su parte, “la producción de arándanos se mantiene estabilizada en 70.000 toneladas, mientras que la frambuesa experimenta un descenso del 10% (40.400 toneladas) debido a una reducción de la superficie plantada y al efecto de las elevadas temperaturas registradas en la primera fase de la temporada, entre octubre y diciembre”.
Su entorno ideal para crecer es un clima templado y húmedo; con la ayuda de un riego abundante y regular. Nuestro territorio conoce bastante bien los arbustos de estas frutillas, cuya producción se concentra en una zona de Andalucía, con esa ubicación privilegiada: Huelva.
Huelva es uno de los referentes más importantes en frutos rojos ligados a la calidad, la sostenibilidad y la salud. Y “es precisamente la apuesta del sector onubense por la calidad, la sostenibilidad, la investigación, lo que sitúa a los berries de Huelva, en una posición ventajosa y referencial en los mercados, principalmente en los europeos”. Entre los principales destinos de los frutos rojos onubenses, destacan Alemania, Francia y Reino Unido, expone Francisco José Gómez, presidente de Freshuelva, asociación que representa hoy al 95% de los productores, exportadores y comercializadores de la provincia de Huelva, más de 90 empresas asociadas y otras auxiliares, que trabajan directa e indirectamente con el sector.
Para él, es indudable que “la producción de berries va íntimamente ligada a la marca Huelva”, siendo ésta, la tercera zona mundial productora, que concentra el 30% de la producción europea; con más del 95% de la producción de berries de España y de Andalucía. Unas cifras, que, según Francisco José Gómez, “ponen de manifiesto la fortaleza de un sector, que comenzaba su actividad en los años 70 y que ha experimentado una evolución y un crecimiento constante”.
Juan Andrés Reales, ingeniero agrónomo y director general del Grupo Gabitel, apunta que “la provincia de Huelva ha sido una gran desconocida”. La conoce bien, habiendo llevado a cabo proyectos de ampliación de industrias agroalimentarias ligadas a la producción de berries en la zona y proyectos de comunidades de regantes. Por eso, señala que Huelva destaca por su “agricultura innovadora, sostenible, que aplica las últimas tecnologías de ahorro y control del agua de riego, con poca superficie de regadío, mucha superficie protegida, y una elevada pluviometría”.
“El elevado número de horas de sol al año, las temperaturas benignas, y la abundancia de precipitaciones; la latitud en la que se ubica, su cercanía al mar y la predominancia de los vientos del suroeste procedentes del Atlántico, la hacen contar con una serie de características idóneas para la agricultura en general, y especialmente para agricultura intensiva de regadío”.
Su demarcación es “una de las que mayor porcentaje de agua embalsada tiene de toda la península ibérica, pese a estas temporadas de sequía que estamos viviendo, y que habitualmente se ha encontrado en tercer lugar, por encima de otras en la Cornisa Cantábrica o del norte de España, supuestamente con mayor cantidad de precipitaciones”. A pesar de ello, es una realidad que “la escasez de infraestructuras y las disputas políticas están condicionando su desarrollo”. Huelva adolece de infraestructuras de almacenamiento y regulación del agua, siendo precisamente los cauces de los ríos Tinto y Odiel, dos de los pocos de la península ibérica que no están regulados en la actualidad. Pues al contrario de lo que pudiera parecer, “la provincia de Huelva es la provincia andaluza con menor superficie de regadíos de las ocho, y de ellas, la que mayor porcentaje de superficie protegida tiene, por distintos valores ambientales”.
Una conjunción de factores adversos, en una zona no exenta de conflicto durante décadas. Reales, analiza la situación y apunta que en los años 70 “en el denominado Plan Almonte Marisma, se desarrollaron una serie de proyectos de expropiación y reparcelaciones agrarias para fomentar la actividad económica de los municipios del entorno. El citado plan pretendía la puesta en cultivo de grandes superficies de riego, aprovechando los acuíferos subterráneos en esta zona, expropiando grandes explotaciones forestales de terratenientes locales para cederlas a agricultores de las localidades vecinas, y posibilitar el desarrollo económico de las mismas. Así se definieron para su transformación y cultivo los 3 sectores del plan: Almonte, Hinojos y Villamanrique”.
A finales de los 80, el Instituto Andaluz de Reforma Agraria, “otorgó títulos de concesión administrativa a entidades cooperativas para la explotación de tierras en varios subsectores del sector II en el municipio de Almonte de la provincia de Huelva, hasta que estos planes promovidos y desarrollados por la administración pública se frenaron, dejando parte de ellos en un limbo administrativo y burocrático que ha formado parte del problema hasta ahora”.
Desde entonces, “el Parque Nacional ha ido sucesivamente creciendo con el Parque Natural, con el inicialmente conocido como Entorno de Doñana o Preparque, posteriormente con el Espacio Natural de Doñana, y finalmente en el año 2004, con el Plan de Ordenación Territorial del Ámbito de Doñana, y en 2014, con el Plan Especial de Ordenación de la Corona Forestal al Norte de Doñana. Un parque que inicialmente tenía 54.251 hectáreas, ha pasado a tener una zona de influencia de más de 172.543, y ha ido engullendo explotaciones agrícolas tradicionales, zonas de huertas, explotaciones forestales, cultivos de eucalipto, etc., llegando a afectar a toda una zona que podemos encuadrar entre el río Guadalquivir, la autopista A-49, el río Tinto y su desembocadura, las playas y el Océano Atlántico”.
En su opinión, “ha sido la protección a Doñana, la que se ha extendido llegando a la zona ocupada tradicionalmente por los agricultores, y no los agricultores los que han ocupado Doñana, como malintencionadamente se comunica en ocasiones". Y junto a esta, señala "otra obviedad” a aclarar, “que ha sido la mano del hombre la que ha creado el actual Doñana, con la agricultura, la ganadería, la gestión cinegética, la actividad forestal, etc.”.
La falta de agua y de infraestructuras en la zona, la necesidad de proteger el parque y frenar la sobre extracción de agua, en un enclave natural de gran valor, ha provocado una situación hasta hace poco insostenible, que se ha saldado con el reciente acuerdo entre las administraciones autonómica y central, las asociaciones agrarias y los agricultores. Una vía de diálogo que ha venido a resolver la problemática, y “donde todas las partes han acabado cediendo”, tal y como apunta Manuel Piedra, secretario general de UPA Huelva. Un acuerdo entre la Junta de Andalucía y el Gobierno central, con el que se invertirán más de 1.400 millones en Doñana y su entorno, para llevar a cabo medidas para fomentar la agricultura, la ganadería y la pesca y para proteger este enclave natural de una situación crítica.
En declaraciones de Manuel Piedra, y haciendo un análisis más profundo, sobre el acuerdo al que se ha llegado, señala que “era necesario y la única vía que ha quedado para que vuelva la cordura a la zona”, gracias al diálogo. Ya que asegura, que durante muchos años “no se venían reconociendo los derechos históricos de los agricultores de la corona norte de Doñana”. No obstante, recalca que “al final es el agricultor afectado el que tiene que abandonar su tierra, abandonar una economía y dedicarla a otro sistema como la renaturalización”. Estima que serán unas 1.000 hectáreas las que se “abandonarán de frutos rojos para su reforestación, dejándose de recolectar más de 60 millones de kilos cuando se abandone la totalidad de las fincas que se acojan a este plan”.
Piedra es contundente, al afirmar que la actividad agrícola de Huelva “mueve más de 100.000 puestos de trabajo” y que “los agricultores que ahora mismo tienen frutos rojos, están perfectamente preparados para exportar frutos de calidad”. Y añade que, la sociedad debería ser consciente de que el agua se utiliza para “producir alimentos que necesitamos, sanos, seguros y en cantidad suficiente para alimentar a la población, que somos todos”.
Por su parte, el presidente de Freshuelva, sostiene que “más importante que haber aplazado el recorte del 50% en la dotación del agua para el riego y haber conseguido desbloquear algunas obras hidráulicas importantes, para poder disponer de más agua en nuestra provincia; es haber logrado la unión del sector”. Una unión, que ha sido capaz de lograr una vía de diálogo con las administraciones central y autonómica para “dar solución a un problema, que no existiría si la provincia contase con las infraestructuras que los ciudadanos vienen demandando durante décadas”. Las organizaciones agrarias junto con la capacidad negociadora de los agricultores, hemos conseguido crear “una comisión de seguimiento que nos va a permitir exigir los cumplimientos de las promesas en materia de agua”, que son -según Gómez- "vitales para la supervivencia de nuestro sector y de la agricultura en general”.
Ambos coinciden en la necesidad de acabar con las campañas maliciosas que cada temporada, “curiosamente en las mismas épocas del año”, se suceden contra el sector. Para Gómez “está claro que nuestra posición preponderante en los mercados ocasiona este tipo de campañas agresivas, las cuales tenemos que ser capaces de revertir y que la sociedad en general sea capaz de ver más allá y de separar las falsedades de la realidad de este sector. Un sector que supone el 11% del PIB provincial”.
Para Francisco José Gómez, otro paso importante, pasa por los problemas con la desinfección, ahora que “parece que Europa va a ser más consciente de las dificultades que entraña el recorte en el uso de fitosanitarios pretendido”. Desde Freshuelva asegura, “llevamos más de un año trabajando de la mano del Gobierno y de la Junta para dar una solución definitiva que nos permita amoldarnos a la más exigente legislación que se pueda dar en Europa, para garantizar la salud de nuestros suelos y despejar cualquier incertidumbre en este sentido”. Todo ello enfocado a abrir nuevas vías “que nos garanticen la mano de obra para poder desarrollar con garantías nuestras campañas”, como “el compromiso del Gobierno en la exploración de nuevos acuerdos de contratación en origen que nos aseguren el personal necesario para poder recoger nuestra fruta”.
No obstante, a pesar de los problemas mencionados, el sector ha demostrado “su capacidad de resiliencia y versatilidad para adaptarse a las exigencias, preferencias y circunstancias de la demanda, adaptando el packaging, el sabor o la calidad a la particularidad de cada uno de los mercados importantes que apuesta por el producto onubense”, concluye.
La apertura de nuevos mercados, ha sido el eje sobre el que han pivotado los nuevos retos de la asociación, como el haber sido capaces de llevar la fresa a Canadá, país al que esperan llevar también la comercialización del arándano. Gómez, apunta que “nuestros berries llegan ya a mercados muy lejanos gracias a la investigación varietal, que permite una mayor durabilidad de la fruta”. Así, habla de la “difícil y ardua tramitación para comercializar el arándano, en primer lugar, en China, con una potencialidad de consumo muy elevada, como principal objetivo internacional de destino para nuestra fruta”.
Sin dejar de estar “muy enfocados en el mercado nacional, que está creciendo en los últimos años y que presenta una gran potencialidad y ventajas en la comercialización, de ahí que sea una gran apuesta también de las empresas”. Su posicionamiento y la importante apuesta por la producción de berries nacionales, ha hecho de estos frutos, protagonistas en los escaparates más importantes a nivel internacional: Fruit Attraction en Madrid en 2023 o Fruit Logística en Berlín en 2024.
Esto es reflejo de la capacidad innovadora y de crecimiento al alza del sector. La diferenciación en los mercados, la apuesta de manera continua por la aplicación de las nuevas tecnologías, la investigación y el desarrollo de nuevas variedades y cultivos, siendo además referentes en políticas sostenibles, y contribuyendo al desarrollo social del entorno.
Silvia de Juanes, Directora de Comunicación de Fruit Logística en España, asegura que “los frutos rojos españoles han sabido posicionarse hasta tener una relevancia notable en los mercados internacionales, del mismo modo que han ido consolidado su presencia en Fruit Logistica”. De Juanes ha sido testigo, de cómo en la pasada edición, participaron más de diez empresas españolas de frutos rojos, “un dato impresionante si lo comparamos con las que expusieron hace una década”. Un crecimiento que refleja no solo el interés creciente en estos productos, sino también “la confianza en nuestra feria como un escaparate fundamental para su promoción y comercialización en el extranjero”.
Un escaparate que ha sido bien respaldado por los frutos rojos españoles desde que comenzara su historia exportadora. Una apuesta y un respaldo mutuo que se evidencia en un certamen donde se aprecia “la importancia que para los frutos rojos españoles tiene Fruit Logistica -según la directora de Comunicación de la Feria-; cuando escogen la feria, para presentar el congreso internacional que cada año celebra Freshuelva”. Se consolida por tanto ese orgullo, al respaldar activamente el sector, participando durante varias ediciones como “patrocinadores del Congreso de Frutos Rojos organizado por Freshuelva”.
En Fruit Logistica, la especialización es clave para tratar todo lo relacionado con las tendencias del mercado. Así, de Juanes destaca el Fresh Produce Forum, que analiza el comportamiento del consumidor y presenta innovaciones en digitalización y packaging para productos hortofrutícolas; el Future Lab, que aborda desafíos climáticos y tecnológicos específicos para la producción; el Logistics Hub, que se centra en la cadena logística refrigerada, vital para los productos perecederos como los frutos rojos. A ello cabe sumar el Tech Stage, donde se exponen ideas y soluciones técnicas innovadoras para la producción y distribución. Y por último, el Startup Day, que pone en el centro a nuevas empresas, ofreciendo una plataforma para presentar tecnologías y soluciones enfocadas en la eficiencia y sostenibilidad.
Silvia de Juanes ha querido resaltar que “en el certamen contamos con el Premio a la Innovación, FLIA, donde se destacan las soluciones más revolucionarias del sector que acaban de llegar al mercado”. Obviamente, remarca, “esta distinción abarca desde soluciones de digitalización hasta obtención de nuevas variedades pasando por novedades en marketing, etiquetado, etc. En este sentido, hace mención a “uno de los nominados al Premio a la Innovación en 2020, año en el que la empresa polaca Sofrupak presentó un envase biodegradable; una solución ecológica y efectiva para la comercialización de frutos rojos”.
Se puede observar cómo, tanto en presentación en el lineal como en estrategias de marketing o en soluciones de envasado, la evolución ha sido muy notable. De Juanes reitera que “el sector de las berries se ha sabido adaptar al escenario actual, implementando estrategias para mejorar su visibilidad y diferenciarse en los mercados internacionales”. Estamos hablando, de una categoría de producto con unas propiedades nutricionales que el consumidor conoce y aprecia; lo que representa sin duda una gran ventaja para las empresas productoras. Pero aquí las empresas españolas han hecho un buen trabajo al saber diferenciar el “origen España” situándolo como garantía de calidad.
Además, afirma que “la sostenibilidad ha emergido como un tema central en los últimos años”, por lo que “muchas compañías han adoptado soluciones de envasado más sostenibles para el medio ambiente, respondiendo así a la demanda creciente de consumidores preocupados por la huella ecológica de los productos que adquieren”. Silvia de Juanes, confirma que, según su experiencia, “esta preocupación por la sostenibilidad se ha convertido en una prioridad clave para las empresas, tanto en la producción como en la distribución de frutos rojos”.
Sin perder de vista el auge vertiginoso de la producción y exportación de berries en el mercado nacional e internacional, De Juanes sostiene que “las tendencias actuales apuntan hacia una mayor demanda de productos sostenibles y de calidad por parte de los consumidores”. Y, las empresas, “incluidos los expositores de Fruit Logistica”, están respondiendo activamente a estos cambios. Se observa, por tanto, “una tendencia marcada hacia la implementación de prácticas más sostenibles en el cultivo, enfoques innovadores en el envasado, sobre todo para la protección de productos tan sensibles, y una mayor transparencia en toda la cadena de suministro, aspectos todos ellos, que se han convertido en prioridades fundamentales para las empresas del sector”.
En los mercados también se pueden encontrar envases de todo tipo y de todos los tamaños, que se adaptan a todas las circunstancias de los consumidores. En este contexto, no obstante, para Freshuelva, el objetivo primordial y que afortunadamente abanderan sus productos es la calidad. “El consumidor es muy exigente y muy consciente, de que nuestros frutos son salud, seguridad alimentaria y son producidos con el máximo cuidado para obtener el mejor sabor”.
En definitiva, con una alta adaptabilidad a las preferencias de los mercados, una apuesta inusitada por la innovación, la investigación y la sostenibilidad. Así cita Francisco José Gómez, a modo de ejemplo, la puesta en marcha de nuevas variedades; que permite que “la fresa de Huelva esté ahora en los mercados casi desde el mes de noviembre, cuando antes su vida comercial era principalmente entre los meses de febrero y junio”.
Desde los años 70, esta empresa segoviana, comienza a introducir en los suelos arenosos de la zona, el cultivo de la planta de la fresa. Hoy son capaces de crear, desarrollar y ofrecer las mejores variedades de fresas, frambuesas, moras y arándanos a agricultores de todo el mundo. Trabajan en la producción y comercialización de planta y fruta en el sector de los frutos rojos, avalados por su experiencia junto a su compromiso con la sostenibilidad, el medio ambiente, las soluciones tecnológicas, innovadoras y diferenciales.
Sin duda, “la fresa es el berry más consumido en el mundo”. Por lo que, “poder producir durante todo el año y que el consumidor pueda consumir fresas frescas todos los días”, será una tendencia cada vez mayor. Desde El Pinar “comenzamos a producir fresa en Segovia fuera de la temporada del sur de España, adaptando la tecnología de los productores de centro Europa”; lo que “nos ha permitido que actualmente lideremos la producción de fresa de verano en España a través de nuestra marca MUMU Berries”.
En los últimos veinte años, se ha convertido en una empresa referente en la búsqueda y desarrollo de nuevas variedades y líder en su sector de planta de fresa, en la zona de los países del arco mediterráneo. Durante los meses de septiembre, octubre y noviembre han suministrado más de 250 millones de plantas de fresa, principalmente a raíz desnuda.
Poco a poco, sus variedades se van confirmando, y el mercado las reconoce como deseables para el consumo. Una respuesta integral a las demandas tanto del productor como del consumidor. Así, encontramos variedades tales como Victory e Inspire, que son muy reconocidas por ambos eslabones de la cadena, y que permiten al productor poder producir fresas de altísima calidad, con las mejores garantías para los consumidores en relación al sabor, shelf life, tamaño y aroma.
Cuentan con campos de producción distribuidos en España, Portugal y Rumanía. Más de 300 hectáreas dedicadas a la producción de plantas de fresa. La innovación en productos y procesos ha sido clave en su proceso de evolución y crecimiento. En su haber, disponen de una amplia gama varietal, de día corto, neutro y June bearer, de diferentes programas de obtención de variedades, “entre los que destacamos el programa de Plant Sciences & Berry Genetics de los que El Pinar es licenciatario desde hace más de 25 años”. Desde El Pinar sostienen que “el éxito de la fresa empieza con la variedad”, siendo “la decisión más importante a la hora de plantar”. Así, “hemos conseguido aportar al mercado variedades que permiten precisamente conseguir los mejores resultados tanto para el productor como asegurar un producto de muchísima calidad al consumidor”.
Uno de los objetivos fundamentales de la empresa es producir eficientemente, en un constante cambio desde el punto de vista climático. El reto varietal es por tanto enorme y “a través de nuestros campos de ensayos ubicados en Huelva y Segovia, y de todos los ensayos que hacemos a nivel internacional, estamos en constante proceso de poder obtener nuevas variedades para ponerlas a disposición de nuestros clientes en todo el mundo”. Así, los responsables de la empresa, aseguran que buscan ofrecer “plantas de calidad y aumentar los formatos de plantas más eficientes para cada país”, y de este modo, “seguir proveyendo de las mejores variedades de fresa al productor, al consumidor y a la industria”.
Para ello, “toda la innovación que aplicamos está dirigida a utilizar de la forma más eficientes los recursos naturales de los que disponemos”. Por eso, concluyen, “hemos aplicado diferentes técnicas combinadas de riego por goteo en los primeros estadios de la planta para continuar con aspersión y poder ahorrar agua”. Además, “hemos incluido en nuestras diferentes áreas de producción, un sistema de monitorización para el control de temperaturas y humedad, tanto en suelo como en sustratos en el caso de plantas en macetas, para marcar los ciclos de riego, más óptimos para la planta”.
En este sentido, la innovación aplicada “también se dirige a aumentar nuestra oferta de tipología de plantas; enfocados en diferentes plantas con diferentes estadios de inducción floral que permitirán un control dirigido de los ciclos productivos por el productor”. “Exportamos anualmente el 70-80% del total de planta a otros países”, aunque su posicionamiento varietal ha sido clave para liderar el mercado en la cuenca mediterránea.
Todo un camino en el que “hemos incluido procesos más eficientes en nuestros centros de recepción y manipulación de la planta, que han posibilitado poder suministrar en periodos de campañas una media de 9 millones de plantas diarias, contando con más de 1.400 trabajadores en la campaña”.
“El consumidor mantiene sus exigencias en tanto a comprar en los lineales, fruta con buen sabor, buena apariencia y que tenga una buena vida post cosecha”. Y además, tener “fresas durante todo el año”. Por tanto, el consumo cada vez está más asociado a consumir fresas dentro de un sistema sostenible, con aplicaciones cada vez menores de fitosanitarios y con la utilización de envases cada vez más orientados a la eliminación de plásticos.
Detrás de esto, “los productores tienen más complicado esta labor por muchos motivos, y que vienen ligados a la mayor retirada de materias activas para la desinfección de los suelos”, así como “a las condiciones climáticas que generan mucha presión en los ciclos productivos”. El ciclo productivo es muy importante y disponer de variedades que permitan al productor orientar su producción hacia la ventana deseada. Para El Pinar, “la precocidad es un valor añadido en las variedades, pero también lo es las variedades que sean capaces de producir, de forma estable durante el ciclo, manteniendo las características óptimas de la fruta”.
Sus responsables aseguran que “el mercado de la planta de fresa está en un momento de máxima expansión desde el punto de vista varietal, donde en los últimos años, se ha visto un crecimiento de nuevos programas varietales sin precedentes”. Hoy, “la oferta varietal es máxima y la diferenciación de una variedad cada vez se hace más difícil”.
Señalan que del mismo modo que sucede con otros cultivos, “en la fresa, las variedades no se centran sólo en la fruta, sino que aspectos como rusticidad y la resistencia a enfermedades son determinantes a la hora de elegirla”.
En los berries nacionales, encontramos el más claro ejemplo de adaptabilidad a un mercado y un consumidor con un perfil específico. Una mayor producción, ha propiciado dar respuesta a una demanda cada vez mayor. Sobre la mesa imprescindibles, la diferenciación y diversificación por parte de las compañías; variedades y técnicas más eficientes, y el esfuerzo puesto en una producción cada vez más sostenible y respetuosa con el medio ambiente por parte de nuestros agricultores.
Por Carmen Egea para Interempresas.net