Era chico cuando escuché por primera vez el nombre de la línea “aérea”. Fue en un programa de radio en AM, donde el especialista en la zona de la ruta 2 la recomendaba para pescar en el canal 9, uno de los pesqueros que más frecuentaba por aquella época en familia. El programa era El Diario Oral del Pescador de Daniel Console, y esa persona que a través del éter me instruía, era Jorge López, recordado e inolvidable pescador, guía y propietario de la casa de pesca El Biguá, ahí a la vera de la autovía 2. El tiempo me permitiría charlar con él, en mi programa radial y juró que se me puso la piel de gallina, estaba brindándome un informe de uno de los tipos que me había enseñado mil cosas a través de la radio o una revista. En 2017 partió a pescar a los cielos, pero nos dejó aquel aparejo como tantos otros tips para intentar con esta mañosa especie.
Para pescar en sitios de la cuenca del río Salado, como el curso mismo, o el canal 9 o 11, también en el arroyo Las Flores, por nombrar sólo algún pesquero, esta línea es clave, ya que el aparejo debe anclarse al lecho. Si pescamos a fondo, es muy probable que pesquemos más bagres, más sabiendo que es más común pescar la lisa más cerca de la superficie o a media agua.
El aparejo ha ido mutando de acuerdo al ámbito y al pescador, normalmente está compuesto por una madre de unos tres metros del 0,40 a 0,50 mm, con tres brazoladas cortas, no mayores a los 15 cm, que cuelgan de un esmerillón cada una, con un mosquetón con esmerillón en una punta, donde se cuelga el plomo, y una boya ping pong grande del otro lado, de unos 30 a 50 mm, variando dependiendo la situación. Los anzuelos, del tipo maruseigo con medidas que van del 3 al 7.
A la hora de actuar en el agua, la línea se ancla, presentando la boya para el lado de la correntada. Las brazoladas se estiran y flamean, impidiendo que se retuercen por efectos del esmerillón. Cuando se produce el pique, la lisa escapa con el cebo, encontrándo con la resistencia de la boya. El uso de un anzuelo curvo, tipo 142-N de Eagle Claw, el mayor secreto que tenía la línea según López, el pez aseguraba su propia captura con los cabezazos.
La línea no puede faltar en el bolso o caja de todo aficionado que intente con esta especie en estos ámbitos. Ya sabe, este aparejo, buenas lombrices o panza de lisa coloreada de rojo con colorante de repostería, un combo infalible para no fallar con las batarazas como le decía el inolvidable López.
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