El Centro de Información Nutricional de la Carne de Pollo (Cincap) pubicó un informe sobre el perfil de grasas que se encuentran en la carne y en la piel del pollo, “para modificar la percepción de la gente sobre ellas y que puedan disfrutar de más preparaciones”.
Dentro de las funciones que tienen, las grasas permiten mantener las membranas de las células sanas, producen intermediarios de procesos del organismo, regulan el metabolismo del colesterol y vehiculizan vitaminas liposolubles. Sin ellas, no podríamos transportar dentro de nuestro organismo las vitaminas A, D, E y K de los alimentos.
También dan palatabilidad (más sabor) a las comidas y son un excelente aislante térmico, ya que permite, en el caso de la piel del pollo, conservar mejor la humedad de la carne y evita que la misma se seque durante la cocción.
Cincap también remarca la presencia mayoritaria de las grasas saludables en la carne y en la piel del pollo: las poliinsaturadas, que aportan ácidos grasos esenciales, y las monoinsaturadas, cuyo consumo ayuda a mejorar el perfil lipídico (colesterol y triglicéridos) de las personas.
Es importante resaltar que sólo 1/3 de las grasas de carne y de la piel del pollo, son saturadas, mientras que los otros 2/3 son insaturadas y cardiosaludables.
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