El valor promedio de referencia informado por la Secretaría de Agricultura fue de fue de 193,5 pesos, lo que significa una suba respecto a noviembre de 30%, un poco por encima de la inflación mensual. En tanto, en los últimos doce meses la suba fue de 195%.
El incremento es realmente significativo y ayuda a compensar las subas de costos que tuvo el sector este año como consecuencia de la seca, la suba del gasto en alimentos y el incremento de los combustibles.
Hay que tener en cuenta que los tambos utilizan energía para producir la leche, pero además que los camiones de las industrias pasan dos veces por día a cada tambo, costo que se carga en el precio de los lácteos en la góndola o en el precio al tambero.
En cuanto a los factores que inciden en la mejora del precio al productor, hay que contabilizar primero la suspensión de los derechos de exportación, que en un principio el nuevo gobierno propuso elevar al 15% pero que luego dio marcha atrás tras las quejas sectoriales, lo que las dejó nuevamente en cero.
Posteriormente, las autoridades decidieron quitar los reintegros a las exportaciones, que llegaban en algunos productos al 4,5%, y que compensaron parcialmente el beneficio de tener retenciones cero.
De todos modos, “la situación es espectacularmente mejor que cuando había retenciones y reintegros”, dijo a Bichos de Campo Jorge Giraudo, director Ejecutivo del Observatorio de la Cadena Láctea (OCLA).
Esta nueva ecuación mejora el ingreso de las industrias, que pueden pagar más al tambero en un escenario de menor oferta.
Ese es el otro factor alcista. La producción en 2023, según los datos de OCLA, fue de poco más de 11.100 millones de litros, lo que significó una baja de 2% debido al impacto del clima y la suba de costos en los tambos.
Para este año se calcula otra baja en la oferta. Según Giraudo, en el primer semestre la baja sería de entre 5% y 7% en la disponibilidad de materia prima para industrializar, lo que sería compensado solo parcialmente en la segunda parte del año por que habría una nueva baja de entre 2% y 4% en la producción.
Esto traería varias consecuencias en el negocio: más salida exportadora al mejorar la competitividad del sector, menos oferta para el mercado interno, más competencia de las fábricas y mejores precios al tambero, además de un achicamiento en la brecha entre el precio mayorista, el minorista y los plazos de pago.
Los valores a salida de fábrica, informaron en el OCLA, aumentaron 120% el año pasado, mientras que el promedio de los lácteos en los comercios minoristas subió 20 puntos más por la remarcación de los supermercados
Además, el plazo de pago se estiró en los últimos meses a 45 días, lo que licúa ingresos y también complica los pagos a productores.
Bichos de Campo