Las lluvias, que pusieron una pausa al extenso período de sequía y estrés atravesado principalmente en 2022/2023, provocan “la explosión del verde” en las huertas familiares en casi todo el país.
Sin embargo, esta humedad provista por la gran cantidad de milímetros precipitados en los últimos días, pone en evidencia acciones que se deben realizar con la finalidad que el agua no afecte a los cultivos.
Por ese motivo, el técnico y extensionista, responsable de ProHuerta en Pergamino, Guido Bruno, detalló los aspectos principales que los huerteros deben conocer para enfrentar el período de lluvias. Pero además, hizo hincapié en el manejo clave de la prevención.
“Si bien el agua es fundamental para el desarrollo de las huertas, cuando las precipitaciones vienen acompañadas de fuertes temporales, pueden ocasionar algunos problemas en los cultivos, la mayoría de estos son causados por enfermedades y daños físicos”, advierte el especialista.
En ese marco, señala la importancia de la prevención como una herramienta fundamental en la construcción de la huerta en estas épocas húmedas.
“Lo ideal es estar preparado lo mejor posible para poder sortear estos problemas. Haciendo las podas correctas y con tutorados firmes que sujeten de manera óptima a las plantas, como en el caso de los tomates. Además, manejando una densidad adecuada, y más a largo plazo, planificando cortinas forestales que den reparo”, sostiene el entrevistado.
Adelantar manejos es una opción clave en períodos de lluvias. Es que al igual que la sequía y la falta de riego son problemas graves para las plantas, el exceso de agua también lo es.
Entre los aspectos más importantes que se deben considerar en caso de lluvias fuertes es el drenaje de las plantas, motivo por el cual, es fundamental realizar los almácigos en zonas que no sean anegables.
La importancia de las podas y la densidad hacen que haya una mejor ventilación entre las los cultivos. Siempre recomendamos que las hojas y frutos de las distintas plantas no estén en contacto directo sobre un suelo encharcado, por lo cual la poda y el tutorado son fundamentales”, explicó Bruno en diálogo con Infocampo.
Asimismo, hay muchas enfermedades que se encuentran en los períodos lluviosos, debido a que se generan las condiciones necesarias para poder infestar a las plantas y reproducirse
Los cultivos de hoja de bajo porte se ven afectados con la rotura de hojas y pérdida de calidad. En tanto que los cultivos de fruta sufren rotura de ramas, heridas que sirven de vía de ingreso a enfermedades, y por supuesto, caída de frutos.
“Si el agua se acumula en un sitio, inundándolo, se pueden producir asfixias radiculares, esto se agrava a medida que el tiempo de anegamiento es mayor”, explicó el técnico.
Como puntos a favor hay que marcar que el agua de lluvia es de mejor calidad para riego que el agua subterránea, y que el agua de lluvia, lava las sales que se acumulan cuando se riega con agua de mala calidad.
Algunos de los motivos por los cuales las lluvias predisponen a las enfermedades, son que la gota de lluvia al salpicar puede transportar la enfermedad desde el suelo a las hojas inferiores.
Además las heridas ocasionadas por el viento sirven como vía de entrada de transmisión de esas enfermedades. “La humedad sostenida durante algunos días, también es condición necesaria para que muchas enfermedades puedan infestar con éxito a las plantas”, destaca Bruno.
En ese sentido, asegura que los frutos que se encuentran en contacto con el suelo pueden pudrirse: “Por eso es importante que plantas como tomate se encuentren bien sostenidas por el tutorado”, mencionó como ejemplo.
En cuanto al lavado de la floración por abundantes lluvias, el especialista advirtió que en la mayoría de los cultivos de fruto de la huerta, la floración se da por un período prolongado de tiempo por lo que “no debería ser un problema su lavado en un momento puntual”.
Las condiciones de buena disponibilidad de agua durante la floración “si son muy importantes”, puesto que muchas especies tienen durante este estadio sus períodos críticos.
InfoCampo