na empresa de Entre Ríos, con casi 6 mil hectáreas de campo destinados a la producción agrícola, se transformó en una agroempresa con visión 360 grados. Hoy, apunta al mercado exportador ofreciendo un texturizado de soja con sello vegano argentino, variedades de alimentos de soja con marca propia y produciendo su biodiesel para acaparar toda esta estructura que va desde el campo, acopio, maquinaria, logística, procesado hasta el empaquetado.
Con campos en Victoria, Paraná y los departamentos en La Paz y Federal sale la soja que procesa El Talar Agroindustrial. Esta empresa, con su visión 360 grados, comenzó a evaluar qué hacer para evitar márgenes nulos o negativos en el negocio agrícola de la región. Toda la estructura productiva se realiza con maquinaria, transporte y acopio propio hasta el proceso final. ¿Cómo es esto posible? Gracias a la creación de una planta de biodiesel para autoconsumo que se ha transformado en la primera planta del país de generación de energía a partir de la soja.
Analizaron la situación con sus pares del CREA Victoria (Litoral Sur) y el asesor del grupo Pablo Bruzzoni. Así se definieron las ventajas comparativas de la empresa: disponibilidad de granos acondicionados al contar con una planta de acopio propia, campos con acceso desde la ruta y conexión eléctrica trifásica. “Luego de realizar un estudio de las distintas cadenas de valor agregado, nos decidimos por la soja y comenzamos con una planta de extrusado y prensado, donde se procesaba el total de la soja producida para elaborar expeller y aceite neutro”, indicó el director de El Talar Pablo Sánchez. De esta manera sacan el combustible de la planta de biodiesel que se consume internamente en producción y la logística de la empresa.
“La parte industrial arranca desde el poroto, que se extrae y va a la planta de extracción de aceite por prensa de donde se sacan dos productos. El primero son aceites vegetales engomados mediante un proceso de neutralización para combustible. El otro producto es expeller que lo toma la planta del texturizado y se hace una molienda y harina micronizada. Desde la planta industrial, a través el poroto, obtenemos aceite de soja, biodiesel, harina micronizada y soja texturizada”, explicó Pablo Sánchez sobre el proceso e innovación de consumo interno.
La fábrica de expeller opera las 24 horas y trabajan 10 personas. Procesa por año alrededor de 15.000 toneladas, de las cuales un porcentaje es propio.
Los compradores de expeller son muy diversos: empresas porcinas, avícolas, feedlots, tambos y plantas elaboradoras de alimentos balanceados. Hasta el momento El Talar mejoró su productividad en la región y su estrategia para abrir nuevos mercados funcionó notablemente.
El texturizado proteínico de origen vegetal se saca a partir de harina de soja desgrasada. La materia prima del texturizado de soja es sometida a un proceso de molienda, extrusión húmeda y secado, con un ajuste final de granulometría y humedad según requerimientos. El producto es presentado con un doypack de 250 gramos, tiene sello vegano otorgado por la certificadora Liaf Control SRL. En Argentina, es la primera en implementar este esquema de certificación vegano llamado VEG Argentina y ya está disponible en Mercado Libre y tiendas virtuales de todo el país.
“Gracias a la obtención del sello vegano pudimos abrir el mercado y nos adaptamos a lo que el público quiere consumir. El producto con proteína vegetal que nosotros ofrecemos está apuntado a la comida saludable y hacia el mercado vegano que está en pleno crecimiento. La empresa tomó la decisión de mirar a largo plazo y certificar vegano para garantizar calidad. Se buscó a la empresa certificadora ideal para garantizar este tipo de certificación. Liaf Control es la certificadora que evalúa la conformidad de estos productos”, comentó Pablo Sánchez, Gerente General de El Talar Agroindustrial (Rosenteck).
En el mercado global, la tendencia será incrementar la proteína vegetal apuntando a comidas más saludables y sin colesterol. El consumidor encontrará que el costo de un kilo de proteína vegetal tiene más nutrientes y equivale a un tercio del valor de la carne. “La soja texturizada tiene 2 veces más proteína que la carne y 4 veces más proteínas que el huevo. Como ventaja resaltamos que, al hidratarse, toma 2 veces más de volumen y el precio se hace más competitivo: 1 kilo de soja texturizada/ proteína vegetal equivale a 3 kilos de carne”, resaltó Pablo Sánchez desde Entre Ríos.
En el caso de la marca Rosenteck y la certificación vegana, se garantiza la calidad de la materia prima hasta la góndola logrando trazabilidad y confianza al consumidor. Actualmente, se encuentran procesando 200 toneladas mensuales de soja y el objetivo será llegar a las 800 toneladas de soja transgénica para 2021. “Con Rosenteck, comenzamos a exportar a Filipinas, Egipto, Colombia, Chile y Paraguay. Se van exportando contenedores de 40 toneladas cada uno por estas semanas”, concluyó Pablo Sánchez.
Liaf Control SRL es el organismo de certificación argentino que dispone del esquema de certificación para alimentos como el novedoso doypack que ofrece Rosenteck y también para cosméticos veganos. Se trata de un esquema de evaluación de la conformidad del origen de las materias primas, aditivos y coadyuvantes utilizados en la elabo ración de los productos, verificando que los mismos NO son de origen animal o tengan derivados de animales.
«El cliente/empresa mediante previo contrato de certificación accede al uso de las marcas de conformidad de LIAF Control con el Sello VEG Argentina. Este Sello Vegano se exhibe en el envase primario del producto y le permiten al consumidor identificar un producto vegano certificado de otro que no lo es», explicó ing.Agr. Ana Cherasco, socio gerente de la certificadora Liaf.
Esta certificación de productos veganos confiere: a) Al elaborador, un atributo que diferencia su producto de otros de iguales características. b) Al consumidor, le proporciona confianza de que la certificación la realiza una tercera parte independiente y, por lo tanto, el producto cumple y cumplirá con el atributo vegano mientras el elaborador mantenga su certificación.
El texturizado de soja disponible en góndola se llama Rosenteck. Es el reemplazo de proteína cárnica e ideal para realizar barritas de cereal, embutidos, hamburguesas, nuggets, salchichas y rellenos cárnicos. Es un producto de gran versatilidad en el mercado actual. La proteína vegetal contiene fibras vegetales, minerales y vitaminas A, B, C, D, E y G. Asimismo, la proteína texturizada de soja tiene varios beneficios: 50% más de Proteínas: 2 veces más que la carne y 4 veces más que el huevo. Es de origen vegetal, tiene 35% carbohidratos, 0% grasas trans y ayuda a reducir los niveles de colesterol malo en sangre.
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