Las y los amantes de las plantas y de la buena suerte siempre tienen en casa un árbol de Jade, conocido como Crassuka Ovatta, ya que es considerada una de las plantas más poderosas en la atracción de la energía y la magia. Se trata de un árbol reconocido por sus grandes beneficios espirituales, medicinales y, aseguran, también emocionales.
El árbol de Jade es considerado un amuleto efectivo para atraer dinero: por esa razón, es uno de los más elegidos entre su especie. Su cuidado es sencillo, por lo que puede ser una opción para aquellos que consideran que no tienen mano para la jardinería.
Se trata de una planta perenne, con ramas gruesas y hojas carnosas verdes con toques rojizos en los bordes, de tres a siete centímetros, por lo que posee un crecimiento arbusto, es decir en forma de pequeño árbol que puede alcanzar hasta los dos metros de altura.
El árbol de Jade pertenece a la familia de las suculentas, oriunda de Mozambique y algunas provincias de Sudáfrica. Su clima favorito se encuentra en los laterales de las montañas, en lugares rocosos y calurosos, con lluvias durante el invierno.
En muchas culturas, el árbol de jade es considerado como un símbolo de prosperidad y buena fortuna. Su hoja redonda y carnosa asemeja a las monedas, lo que acompaña a la creencia de que atrae la riqueza y la abundancia a la vida de quienes lo poseen.
En la cultura china, el árbol de jade es especialmente venerado por su conexión con la tradición del Feng Shui, donde se dice que su energía positiva puede influir en la armonía y el equilibrio dentro del hogar.
Los practicantes de la antigua tradición china, a menudo, suelen colocar el árbol de jade en áreas estratégicas para canalizar la energía positiva y fomentar la prosperidad en la vida de quienes residen en dicho espacio.
Además, se cree en las propiedades curativas del árbol de jade en la medicina tradicional. Se ha utilizado en diversas culturas para tratar problemas de la piel, quemaduras y dolencias relacionadas con la circulación sanguínea.
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