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Un buen cuidado de nuestros árboles frutales nos garantiza una cosecha abundante y de calidad cuando llegue el momento de recoger la fruta. Para ello, debemos prestar atención a lo largo de todo el año las variedades que tenemos plantadas, con el fin de cubrir sus necesidades.
El abono es un producto que se utiliza para enriquecer el suelo y hacerlo más fértil. Añadiendo sustancias que se van a ir descomponiendo y le van a aportar nutrientes a los árboles frutales.
Cuando el abono es ecológico, esto implica que tiene un origen totalmente natural y que el procesamiento al que ha sido sometida la materia orgánica ha sido el mínimo imprescindible.
La gran ventaja de usar abonos ecológicos para árboles frutales es que le sacamos partido a productos que, de otra manera, consideraríamos desechos. Por otro lado, al usar un abono natural, evitamos añadir componentes químicos sintéticos a la tierra.
Los resultados los vas a comprobar en cuanto recojas tu primera cosecha en la que hayas utilizado compost u otros abonos ecológicos. Pero aquí tienes un adelanto:
Aporta nutrientes esenciales. Entre ellos el nitrógeno, el fósforo, el potasio y otros micronutrientes que son fundamentales para que las raíces se vuelvan más fuertes y para que el árbol pueda tener una floración abundante de la que luego derivarán las frutas.
Mejora la estructura del suelo. El abono orgánico aumenta la capacidad que tiene el suelo de retener agua y nutrientes. Esto garantiza el acceso de las raíces a los nutrientes que necesita el árbol.
Fomenta la actividad microbiana. Sobre la materia orgánica actúan una serie de microorganismos que se encargan de liberar de forma gradual los nutrientes, algo de lo que se beneficia directamente el árbol.
Ayuda a prevenir enfermedades. Cuanta mayor calidad tenga el suelo y más nutrientes pueda recibir el árbol, más fuerte estará este y más resistencia tendrá frente a plagas y enfermedades.
Reduce la erosión del suelo. En áreas de cultivo con pendientes pronunciadas, el abono contribuye a mantener el suelo más estable.
Mejora la calidad de los frutos. Los árboles tratados con abono de origen natural suelen producir una mayor cantidad de fruta y el sabor de esta es más intenso. Esto se debe a la dosis extra de nutrientes que reciben y a la ausencia de residuos químicos en los frutos.
Si quieres utilizar este tipo de abono con tus árboles, e incluso con otras plantas, no hace falta que te compliques demasiado la vida. Aquí tienes algunas de las variedades más habituales:
Sin duda, todo un clásico cuando se trata de abono ecológico. Suelen utilizarse heces de vacas, ovejas, caballos y aves, porque son una fuente rica de nutrientes orgánicos.
Eso sí, para evitar infecciones y no quemar las raíces, es conveniente dejar secar el estiércol antes de aplicarlo en la base del árbol.
El compost se forma a base de materiales orgánicos descompuestos, y lo puedes hacer en casa. Solo tienes que guardar los restos de la cocina (cáscaras de huevo, trozos de carne, etc.) y también los de la poda del jardín.
Ponlo todo junto en un cubo de compostaje y espera a que las bacterias hagan su trabajo. El resultado es un producto rico en nutrientes que va a hacer que tus plantas crezcan mucho mejor.
Resulta ser una fuente orgánica de fósforo, un nutriente que es esencial para el desarrollo de raíces y para la floración.
Puedes encontrar este producto en los centros especializados en jardinería. También en las almazaras de aceite es posible que puedas comprar restos de las aceitunas empleadas para hacer el oro líquido.
Cerca de tus árboles frutales puedes plantar cultivos de cobertura como el trébol o la alfalfa. Reducen mucho la aparición de malas hierbas, aportan nutrientes al suelo que pueden aprovecharlos árboles y, además, refuerzan la estructura del suelo.
El mulch elaborado a base de materiales orgánicos como la paja o los restos de corteza no es un abono como tal, pero cumple una función similar. Porque con el paso del tiempo se va descomponiendo y añadiendo al suelo nutrientes que son beneficiosos para las plantas que están cerca.
La mejor época del año para añadir abono a tus árboles frutales es en primavera, que es cuando arranca la fase de crecimiento y desarrollo activo. Pero hay que hacerlo antes de la floración, para garantizar al árbol una dosis extra de nutrientes justo en el momento en que más lo necesita.
También es buena idea aplicar el abono en otoño, como medida para preparar los árboles para el invierno.
La cantidad de abono que hay que aplicar depende tanto del tipo de frutal de que se trate como de su edad. En líneas generales, un árbol ya maduro requiere más cantidad de abono que uno joven, porque para él es más complicado mantener su salud intacta y dar una buena producción frutal.
Lo que hay que evitar es el exceso, porque si nos pasamos con el abono podemos acabar quemando las raíces del árbol.
Para un mejor resultado, vamos a aplicar el producto ecológico de manera uniforme alrededor de la zona de la raíces. Trabajando desde el tronco hacia el borde exterior de la copa. Sin que el abono llegue a tocar el tronco, para no dañar la corteza.
Si puedes, mezcla ligeramente el abono con la capa superior del suelo. Esto facilita la absorción de nutrientes por parte de las raíces.
Si después de aplicar el abono colocas un capa de mulch orgánico, contribuyes a la retención de la humedad en la zona y a mejorar la estructura del suelo.
Cada árbol puede tener unos requerimientos específicos en cuanto a sus cuidados, pero los abonos ecológicos para árboles frutales son siempre una buena opción para aportarles nutrientes.
Jardineriaon
