Hoy les traigo una historia muy emocionante por varios episodios y, también, porque fue relativamente hace poco: los hitos que marcaron el inicio de la agricultura de precisión. Aunque primero hay que hacer un repaso por una serie de hechos anteriores.
Retrocedamos unos años, hasta los '70, cuando los cambios en las dietas, el clima en Rusia y las políticas agropecuarias norteamericanas desencadenaron lo que podríamos llamar un verdadero "boom" agrícola en Estados Unidos. Claro, la gente comía mejor y la mayoría de los cereales se destinaban mayormente para alimentación animal.
La escasez de cereales para el ganado hizo que los precios se dispararan, y los agricultores se lanzaron a sembrar hasta debajo de los alambrados. El término exacto utilizado por en aquel entonces el secretario de Agricultura norteamericano fue “row fence to row fence”, llamando a sembrar “hasta los alambres” para recuperar stock de granos comprometidos y desbalanceados por escasa producción rusa y sobreventa en Norteamérica.
Como todo en esta vida, lo que sube eventualmente tiene que bajar, y esta expansión descontrolada pronto se convirtió en una crisis de proporciones épicas, ya que los “farmers” se endeudaron un montón por dicha expansión en el auge de la agricultura norteamericana de los '70.
Si bien arrancamos en los '70, ahora hay que rebobinar al 1955. En aquel entonces, Bob Dickey, un productor igual que todos, se dio cuenta de que no podía confiar plenamente en la calidad de su siembra sin bajarse del tractor a cada rato. Hacía unos metros, frenaba, y bajaba a ver de manera “random” si las semillas que quería plantar estaban o no estaban. Esto hizo que piense en una solución, por lo que, con su compinche Jack Littlejohn, idearon el monitor de siembra de manera que una alarma sonora y de luminosa le avisaba si algo no estaba bien.
Entre los '60 y '70, Dickey John sale al mercado ya que varios productores se interesaron muchísimo. Pero fue con el auge de la agricultura en los '70 que las ventas despegaron como un cohete al espacio. (Como nota de color, el branding de esta marca actual es DICKEY-john. “DICKEY” por Bob y “john”, siempre en minúsculas, por Jack Littlejohn).
Ahora bien, ¿qué pasaba entonces a nivel de tecnología espacial? Porque sí, la historia de la agricultura de precisión está entrelazada con los avances en la carrera espacial.
Con el lanzamiento del Sputnik-1 en 1957 por la Unión Soviética, la guerra fría y la “space race” entre USA y USSR con varios capítulos exitosos y no tanto, la Armada (US NAVY) y la Fuerza Aérea (AIR FORCE) de EE. UU. se asocian para combinar los programas de navegación; básicamente posicionamiento y transmisión. El primer programa se llamaría Navigation Technology. Un programa que luego conoceremos como NAVSTAR GPS. Todo muy "high tech", ¿no? Pero la finalidad del programa se acotaría solo a uso militar.
No nos olvidemos de la importancia de los ojos en el cielo. Todas las misiones iban al espacio y, desde allí, observaban la tierra. Desde 1971, el satélite Landsat (1) nos mira desde lo alto, proporcionándonos información invaluable sobre la tierra. Y, por si fuera poco, en la Universidad de Texas se gestaba el concepto de NDVI (Índice de vegetación de diferencia normalizada), una herramienta clave para la agricultura de precisión. O sea que el índice con más adopción de las plataformas actuales para el agro y usuarios tiene ya más de 5 décadas (PFF).
Con la llegada de las computadoras personales, cortesía de IBM y Apple, el mundo dio un giro tecnológico. Y aunque todavía no había nacido, puedo decirles que fue un momento emocionante para la informática y la agricultura.
Los '80 nos trajeron más sorpresas analíticas y penosas que sembrarían las bases de la mejora tecnológica de la palabra “precisión”. Desde el lanzamiento de ArcInfo por ESRI (primer GIS utilizado para analizar datos geocodificados) hasta el trágico vuelo 007 de Korean Air (KAL007) que desencadenó la apertura del GPS para uso civil. Una jugada estratégica de Ronald Reagan que cambió el juego para siempre.
Resulta que el vuelo KAL007 tomó una ruta que no era la planeada, siendo derribado por un interceptor de la USSR (Unión Soviética). Al no contar con un GPS, nunca supieron si la ruta era o no la planeada. Este hecho trágico, disparó la apertura del GPS para uso civil, pero con disponibilidad selectiva para que la posición no sea taaaan precisa digamos.
En paralelo, en Estados Unidos, Allen Myers, que luego fundaría Ag Leader, comienza a desarrollar prototipos de monitor de rendimiento. También Rockwell, una empresa ligada al rubro militar, desarrolla y disponibiliza el Vision System, que era un monitor que documentaba la producción por lote y visualizaba la variabilidad de un campo. A nivel nerd, nacía Microsoft Windows.
Ya en los '90, llega internet al mundo general pero al agro en particular el primer monitor de rendimiento: Ag Leader YM2000. También empieza a circular el concepto de analizar las capas y la información generada, con un software o plugin: el SSToolbox
Antes del cambio de milenio, la tecnología de precisión en la agricultura alcanzó nuevas alturas. Desde el RTK de Trimble, el inicio de Precisión Planting y hasta los primeros sistemas comerciales de agricultura de precisión como el GreenStar de John Deere. En ese entonces, los receptores clásicos que vemos hoy, parecían un huevo frito y el valor del ciervo con su sistema tenía un lema: “La información es su nuevo cultivo”.
John Deere acelera mucho el desarrollo de estas herramientas que venía incubando y Rockwell decide dejar el rubro agro con el Vision System, con lo cual se libera espacio de confort comercial para el verde.
En el ámbito educativo, surgieron eventos como InfoAg y centros de extensión como INTA Manfredi, que fueron clave para llevar la agricultura de precisión a todos los rincones del país, o casi todos. Además, nuevos desarrolladores de software y sensores en tiempo real como FarmWorks y GreenSeeker hicieron su entrada triunfal (y no tanto) en el mercado.
Hasta aquí, teníamos herramientas de campo y de escritorio, pero faltaba la precisión. Es allí en los 2000, cuando Bill Clinton discontinúa la disponibilidad selectiva, que quitaba precisión al GPS, y declara "que el GPS responda mejor a los usuarios de todo el mundo". "La precisión permitirá que surjan nuevas aplicaciones y continúe mejorando la vida de las personas en todo el mundo", ratificó por entonces.
Luego siguen los software como el SMS, muy potente, el primer release (estreno) de Qgis (abierto) y el AutoTrac de John Deere. Ya el surco “viborita” o tirar la línea apuntando a un poste quedaron en el recuerdo.
Al mismo tiempo surge una startup que haría un clicen el mundo agro: WeatherBill (de la cual tendremos una historia aparte). La empresa comenzó como una startup centrada en ayudar a personas y empresas a gestionar y adaptarse al cambio climático, proporcionando seguros meteorológicos. En 2010, decidió centrarse exclusivamente en la agricultura y lanzó el producto de seguro meteorológico para maíz y soja. Lo que luego sería The Climate Corporation.
Acá ya empieza a almacenarce todo en la nube. Surgen empresas de drones como DJI y Google Earth. También, y con el hitaso de los BlackBerry, los teléfonos ahora tienen sistemas operativos, por lo que cada uno tiene un store para que las empresas alojen sus soluciones en apps.
Pero la historia no estaría completa sin mencionar los movimientos en la industria. Con la adquisición de empresas como Precisión Planting y The Climate Corporation, Monsanto y John Deere se convirtieron en actores principales en el escenario de la agricultura de precisión. Acá hay mucho ida y vuelta y, ahora, se podría sumar a AGCO en esta puja.
Se suma la misión Landsat 8 que hizo que contemos con una revisita de satélites mayor de lo que había y un pixel menor (30 mts).
En la cabina y, por la nulidad de la disponibilidad selectiva del GPS gracias a Bill, la precisión pasada tras pasada ya es de centímetros y hasta los tractores doblan solos en las cabeceras, como introdujo John Deere con iTec Pro.
Hoy en día, con imágenes satelitales gratuitas de alta resolución, apps de agro en stores y hasta tractores autónomos, la agricultura de precisión está más avanzada que nunca y, por ende, transitamos la agricultura del futuro. A pesar de todos estos avances tecnológicos, la esencia del trabajo del agrónomo y del productor sigue siendo la misma, pero claramente mucho mejor.
Y así, con un pie en la historia y otro en el futuro, celebramos el papel fundamental del hábito digital en la agricultura argentina. Porque, al fin y al cabo, la tecnología puede cambiar, pero el compromiso de los que trabajamos en el campo siempre será el mismo: hacer de nuestro campo el mejor del mundo.
Agrofy