l otoño ya está aquí y las plantas, tras haber pasado el verano, necesitan algunos cuidados que las ayudarán a estar sanas y vigorosas para enfrentar el duro invierno.
La realidad es que los cactus no son afectados por el verano y el calor, donde florecen sin parar. No obstante, en otoño suelen sufrir el ataque de hongos o cochinillas. Por eso, hay que fumigar con productos sistémicos específcos y preventivos para la cochinilla (dimetoato), los hongos (carbendazim) y la oruga (cipermetrina), para que no se manchen ni se enfermen.
El otoño no suele tener un clima drástico, salvo en las regiones donde siempre es así. Es una estación ideal para hacer tareas preventivas contra el frío intenso, como controlar los sustratos, que deben ser drenados en todos los casos, tanto para cactus como suculentas.
Durante esta temporada se aplican por última vez productos químicos y fertilizantes. Estos últimos deben ser específicos para cactus y se usan también para suculentas no cactáceas.
Otra tarea importante es recorrer el jardín y ver dónde están las plantas con respecto a la rotación del sol. En más de la mitad del país, el sol es muy fuerte en otoño. Es necesario verificar que las plantas estén protegidas de la lluvia. A las suculentas no cactáceas les encantan el otoño y el invierno, y resisten mucho más el frío que el calor, siempre que no haya heladas.
A los cactus los debemos regar cada quince días para luego dejar de regar por completo en invierno; en las otras suculentas, seguiremos regando quincenalmente. Sin embargo, es necesario observar la planta cada semana como mínimo; así, podremos prevenir en lugar de lamentar.
Están llenos de hojas nuevas, creciendo en altura y en general, más lindos; inician su camino hacia finales de invierno y comienzan la primavera floridos y espléndidos.
Tienen forma de roseta y tallos largos y gruesos. No lo pasan bien en verano. En su hábitat de origen, en las islas Canarias (España), así como en algunos lugares de África, sus rosetas se cierran para evitar perder humedad y deshidratarse. Para que esto no suceda cuando los tenemos en casa, debemos ubicarlos a la sombra y espaciar el riego. En otoño se ponen lindos, van tomando más color y parece que renacen. Este proceso durará hasta septiembre y octubre, cuando estarán en su plenitud.
Estas suculentas no pasan un buen verano. Como florecen en el invierno tardío, en verano reposan y se aletargan. En el otoño se ponen brillantes, con sus hojas turgentes y coloreadas por el clima fresco. Las flores aparecen a principios de la primavera o en el invierno. Aunque no muy grandes, son muy coloridas: las hay blancas, rojas, naranjas o amarillas.
Estas plantitas se desarrollan más en el otoño, cuando los días se acortan, que es la manera en que las plantas saben que cambia la estación, sin importar la temperatura. Son suculentas de varios géneros, como las Stapelia, con flores muy vistosas pero de muy feo olor, aunque solo lo sentimos si nos acercamos a ellas. Vale la pena tener en casa alguna de sus diversas especies, que en otoño nos regalan sus raras flores con pelos y variados colores y rayas. La mayoría de estas plantas son de fácil cultivo, en general bajo un alero, en un lugar sin sol fuerte ni frío extremo.