En la lista de “plantas auxiliares y alternativas” que podemos plantar en la huerta, como son las flores y las aromáticas, es bastante común encontrar menta. Las mismas son ubicadas en los bordes o esquinas del cantero o huerta.
Normalmente se cultiva en pequeños bancales auxiliares o en recipientes cerrados para limitar su crecimiento, ya que con estas plantas debemos tener especial cuidado porque son invasoras y si crecen mucho pueden llegar a invadirnos la huerta y llegar a ser un problema.
La menta es una planta perenne resistente, que se adapta a todos los climas y a todo tipo de suelo pero sin embargo, es importante que tenga un buen drenaje del agua. Un sustrato arcilloso con bastante materia orgánica seria ideal.
Cuanto mas húmedo sea nuestro suelo mucho mejor, pero hay que recordar que en los encharcamientos excesivos pueden aparecer hongos o que se pudran las raíces.
En cuanto a las necesidades de sol, la menta no necesita de mucho, esto la hace ideal para sectores con exposición sur, fríos, húmedos y sombreados.
Usos y beneficios de la menta
Las ventajas de tener menta en nuestro huerto es que podemos aprovecharla para realizar tanto infusiones con ella como para combatir plagas como los pulgones pero además, al ponerla en los bordes del huerto nos ayuda a traer insectos beneficiosos como vaquitas, polinizadores como las abejas, algunos coleopteros y demás. Incluso seria ideal ponerla cerca de nuestro hotel de insectos.
Se usa principalmente como digestivo, carminativo, antiespasmódico y tónico pues es eficaz con las digestiones difíciles, ayuda a expulsar los parásitos intestinales, los gases y flatulencias, evita los espasmos intestinales, los dolores y malestares del estómago, la acidez, la diarrea, las náuseas y vómitos, los estreñimientos, las infecciones, y todo aquello que trastorne una buena digestión.
Por sus propiedades sedantes la menta es adecuada en el tratamiento del insomnio, la excitación nerviosa y las cefaleas.
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