Recomiendan evaluar la calidad física del suelo para un uso eficiente del agua y de los nutrientes

El Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria destacó la importancia de caracterizar la condición física de los lotes y la relación entre el suelo. Además, permite conocer el agua para lograr sistemas agroalimentarios sostenibles y resilientes.

Esta información es clave -aseguran- para conocer la estructura de los suelos, la cual depende en gran parte de su manejo y condición. “Esto permite facilidad a la penetración de las raíces, la aireación, el ingreso y el movimiento del agua en el perfil, la disponibilidad de algunos nutrientes y la capacidad de drenaje”, señaló el informe.

En este sentido, la investigadora de la Estación Experimental Agropecuaria Oliveros del INTA Santa Fe, Silvina Bacigaluppo explicó que la importancia de estos estudios radica en que la condición física del suelo está íntimamente relacionada con la química y la biológica, y las tres son dependientes unas de otras. “Conocer la calidad física de un suelo puede orientar al productor a entender o diagnosticar posibles limitaciones a los cultivos, como dificultad para enraizar, baja infiltración de agua de lluvia, limitantes en la dinámica del agua y nutrientes en el perfil del suelo”, sostuvo.

“Un suelo con buena condición física, es decir, con una estructura estable y con un sistema poroso estable y continuo, beneficia a los cultivos porque permite que su sistema radicular se desarrolle y use de forma más eficiente el agua y los nutrientes en toda su profundidad”, aclaró Bacigaluppo. 

Para lograr caracterizar la condición física de los lotes hay varias herramientas. Pueden ser penetrómetros digitales y permeámetros de disco. 

Las digitales determinan la resistencia que ejerce la matriz del suelo frente a una presión, que podría simular la que debe ejercer la raíz de un cultivo para crecer en profundidad. En el caso de las de disco, se evalúan indirectamente el sistema poroso del suelo, para medir la velocidad con que ingresa el agua desde la superficie y su movimiento en profundidad. 

“Al momento de la evaluación, se recomienda realizarlas sobre suelos con humedad cercana a la capacidad de campo, en lo posible sin cultivos vivos, para lograr condiciones homogéneas de humedad en el perfil del suelo. Esta situación es común encontrarla en otoño”, aclaró el INTA.

“Tener claro el objetivo de la evaluación para seleccionar áreas del lote representativas al mismo. Y evaluar, además, una situación de referencia o testigo como puede ser un sector bajo alambrado, parque o un sector del lote identificado por su buen rendimiento”, comentó la especialista.

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