Los productores frutícolas lo eligen para generar diversidad en sus unidades productivas.
El cultivo de membrillo es una de las tantas actividades productivas de Cuyo y del NOA, elegidas por su rusticidad, la facilidad de manejo y la posibilidad de destinar sus frutos a elaboraciones tanto artesanales como industriales, lo que motiva a los productores y familias rurales a ampliar su cultivo.
Pero no son las únicas zonas donde esta producción prolifera, ya que los productores frutícolas buscan diversificar sus cultivos para garantizar la sostenibilidad de sus empresas. Para hacer frente a esto, el membrillo genera una oportunidad no tan compleja de cristalizar.
Por este motivo, en la zona rural de la localidad bonaerense de San Pedro, los productores satisfacen la demanda de la industria local con un área de plantación estimada por el INTA en aproximadamente 50 hectáreas, pero que potencialmente advierte un futuro promisorio.
No obstante, las posibilidades de producción del membrillo no sólo se centran a esta región costera del norte bonaerense. Debido a la existencia de demanda podría, eventualmente, respaldar la expansión de estas plantaciones en climas templados similares.
CÓMO ES EL CULTIVO DE MEMBRILLO
“El manejo cultural es relativamente sencillo cuando se compara con otras especies frutales que se cultivan en la zona, aunque debe ponerse especial atención en la prevención de algunas enfermedades fúngicas y el control de plagas, especialmente cuando se trata de la Mosca de la Fruta”, sostiene a Infocampo el especialista del INTA San Pedro, Gabriel Valentini, quien asesora a tres productores membrilleros de la región.
Durante la última temporada, se alcanzaron valores de producción de entre 28 y 30 toneladas por hectárea, lo que indica un buen rendimiento para este cultivo que es demandado por la industria local que le agrega valor.
No obstante, las posibilidades de producción del membrillo no sólo se centran a esta región costera del norte bonaerense. Debido a la existencia de demanda podría, eventualmente, respaldar la expansión de estas plantaciones en climas templados similares.
CÓMO ES EL CULTIVO DE MEMBRILLO
“El manejo cultural es relativamente sencillo cuando se compara con otras especies frutales que se cultivan en la zona, aunque debe ponerse especial atención en la prevención de algunas enfermedades fúngicas y el control de plagas, especialmente cuando se trata de la Mosca de la Fruta”, sostiene a Infocampo el especialista del INTA San Pedro, Gabriel Valentini, quien asesora a tres productores membrilleros de la región.
Durante la última temporada, se alcanzaron valores de producción de entre 28 y 30 toneladas por hectárea, lo que indica un buen rendimiento para este cultivo que es demandado por la industria local que le agrega valor.
“Muchos productores frutícolas van diversificando su producción, y en este caso, el membrillo es una opción interesante para contribuir a la sostenibilidad de sus empresas; más aún con el interés que existe en industrias productoras de dulces y mermeladas que le agregan valor a esta fruta”, indicó el entrevistado.
CON HISTORIA Y FUTURO
En la zona de San Pedro, el interés de los productores se remonta a 2015, cuando comenzaron a instalarse las primeras plantaciones. Luego, con el fortalecimiento de la demanda, el área con membrillo comenzó a crecer, llegando a cubrir en la actualidad casi 50 hectáreas en todo el Partido.
“Una planta de membrillo tiene una vida productiva de al menos 15 años, aunque puede extenderse de forma importante en función del manejo cultural que se utilice. Además, al segundo año de implantada comienza a dar sus primeros frutos. Este dato es alentador, ya que el productor en poco tiempo puede estar diversificando su empresa con una fruta que tiene un futuro interesante”, cuenta Valentini.
Además, recomendó que este cultivo se pueda consociar con otras especies y dio un claro ejemplo al respecto. “En San Pedro, existe un productor que realiza membrillo en asociación con pecanes. Esta es una manera viable de diversificar los cultivos en el mismo lote”, comentó.
Se trata de una alternativa que se probó y funciona razonablemente, con algunas cuestiones propias de las características ambientales de la zona y de los requerimientos del cultivo.
“El membrillo demanda algunos cuidados, pero no tantos. Hay que prestarle mucha atención a las enfermedades en estas regiones, como las ocasionadas por hongos, y a plagas que lo afectan”, destacó el ingeniero agrónomo.
Sin embargo, dijo que existen soluciones químicas y planteos de manejo para enfrentar estos dos problemas que el membrillo suele tener en diversas etapas de su producción. “A excepción de estos cuidados, la planta es poco exigente, con lo cual se puede manejar con facilidad”, expresó.
POTENCIAL DEL CULTIVO
Según el entrevistado, el membrillo puede desarrollarse en varias regiones de la Argentina, sobre todo en ambientes de clima templados.
“En Mendoza y Córdoba existen plantaciones de membrillo, ya que son regiones donde el cultivo se puede desarrollar de manera óptima”, manifestó.
Sin dudas, que la proyección del cultivo se da en función a las necesidades industriales que tengan en la región.
“En San Pedro, las empresas que elaboraN dulces y mermeladas de membrillos no llegan a cubrir su demanda, con lo cual creemos que la proyección del cultivo es muy importante”, reafirmó.
Además, contó que las empresas no son particularmente exigentes en cuanto al calibre de la fruta como ocurre con otras variedades.
“Existe flexibilidad respecto al calibre porque no es una fruta que va destinada al mercado fresco, sino que se destina a la industria que requiere un producto que debe cumplir con ciertos parámetros de calidad”, indicó.
Respecto a la poda, también expresó que no es necesario que sea realizada con tanto detalle como ocurre con otros cultivos frutales.
“Las distancias entre plantas se definen, muchas veces, en función de las maquinarias con las que cuenta el productor. Las operaciones de poda se realizan, habitualmente, de forma manual aunque se ha comenzado a utilizar equipos de poda mecánica”, describió Valentini.
EXITOSA COSECHA
En vísperas de Semana Santa, el INTA San Pedro procedió a cosechar el último año de un ensayo de variantes de poda en membrillero.
“Se trata de una experiencia que y hemos compartido en temporadas anteriores, donde se evalúan alternativas de manejo de poda en un cultivo no tradicional de la zona, cuya producción se destina a la industria alimenticia local”, recuerda.
En esta oportunidad, fue la quinta temporada en la que se buscó comparar 5 variantes de poda en membrillero y vincular el rendimiento con cada una de ellas.
“Aunque los resultados finales estarán disponibles después de la evaluación de esta cosecha, ya estamos observando variantes que superan a otras en rendimiento y peso promedio de fruto”, destacó el profesional.
La época ideal para plantar es entre fines de otoño y durante el invierno para plantas a raíz desnuda y puede extenderse a otras épocas del año y con los cuidados correspondientes, para ejemplares que vienen con pan de tierra o en contenedor. Es recomendable el empleo de plantas de un año ya sea originadas a partir de estacas enraizadas, o bien un año desde la injertación.
InfoCAmpo