El principal objetivo consiste en movilizar recursos para establecer un piso mínimo de cobertura arbórea en cada lote rural, y además, generar material gráfico que explique los beneficios de las especies nativas y de los corredores biológicos en los agroecosistemas. Por otra parte, la iniciativa también prevé el armado de un taller práctico dedicado a compartir experiencias sobre la reforestación con árboles y arbustos nativos de la ecorregión espinal.
“Desde el año pasado llevamos adelante un proyecto de extensión que articula acciones con productores de la zona de Villa María y que pretende reforestar la ciudad y alrededores con especies nativas de la región. Esta propuesta busca aprovechar especies que originalmente formaban parte de los bosques de este lugar y que permitirían la consolidación de corredores biológicos”, comentó Gallego y añadió: “Recuperar esa vegetación de alguna manera representa la oportunidad de darle continuidad a los ecosistemas, conservar la biodiversidad y obviamente recuperar de alguna manera los servicios ecosistémicos que estos corredores biológicos y que estos bosques brindaban a la zona».
En relación a las zonas abordadas, Gallego afirmó que en los últimos años se ha dado una “reducción significativa” de los bosques nativos, y que esto ha producido “desequilibrios ecológicos” como la alteración de las cuencas hidrográficas, procesos de erosión del suelo, pérdida de su fertilidad, alteración y pérdida de la biodiversidad, entre otras consecuencias.
En este sentido, el docente de la UNVM explicó la importancia de hacer un abordaje transdisciplinario y articulado: “Hemos diagramado el dictado de talleres para los productores y la confección de folletos, junto a material audiovisual, que ayudan a la concreción de esta iniciativa. La idea es generar un trabajo conjunto, aprovechando los aportes que la Universidad pueda brindar desde el conocimiento científico y tecnológico que allí se produce».
«La idea es hacer parte de esto a los productores para que ellos puedan considerar la relevancia que tiene para sus tierras la recuperación de estos servicios ecológicos, ya que les brindan beneficios directos a ellos pero también se extiende a beneficios para toda la comunidad”, precisó el biólogo y docente del Instituto Académico Pedagógico de Ciencias Básicas y Aplicadas.
Es importante mencionar que esta propuesta está enmarcada en un proyecto financiado a través del Instituto de Extensión de la UNVM y participan también integrantes del Centro de Estudios de Ordenamiento Ambiental del Territorio (CEOAT) y de la Cooperativa de Trabajo Pionera Nativa. (COPINA).
Dentro de las especies arbóreas que se contemplaron para la reforestación, están presentes el algarrobo, algarrobo blanco, dos especies de espinillos de la zona, el tala y el chañar. Sin embargo, Gallego reconoció que las funciones ecosistémicas no solamente tienen que ver con la estructura arbórea, sino que incluyen a la estructura de lo que se denomina ‘sotobosque’ y que hace referencia a la reforestación de arbustos y pastizales.
Además, el director del proyecto hizo hincapié en la importancia de la conservación de la estructura de bosques nativos que aún se encuentra en pie en la zona, por más reducida que sea. “Esto es fundamental debido a que conforma justamente el acervo genético que permitirá avanzar en el cuidado de las semillas, generación de bancos de germoplasma, y finalmente en la posibilidad de utilizar estas especies como plantas madre para poder avanzar con los planes de reforestación que se proyecten”, amplió.
Como cada año este 22 de abril se celebró en el mundo el Día de la Tierra. Esta fecha busca generar una instancia de reflexión en torno a cómo las acciones de la sociedad afecta al planeta y qué medidas se pueden tomar para proteger y preservar el medio ambiente para las generaciones futuras.
“Me parece interesante la posibilidad de contar y de expresar lo que venimos realizando a través del proyecto en el marco de esta efeméride, ya que justamente buscamos revalorizar la importancia de la recuperación de los bosques nativos y de su relevancia para el funcionamiento de los ecosistemas», comentó Gallego y sumó: «Concretamente el aporte de estos servicios ecosistémicos para la tierra, que como ya se dijo puede ser directo o indirecto, tiene que ver con la posibilidad de regulación de ciclos biogeoquímicos, regulación de cuencas hidrográficas y del mantenimiento de la fertilidad de los suelos. En este contexto, apuntamos a la toma de conciencia y a, justamente, la revalorización de un patrimonio biológico que va de la mano con el patrimonio cultural de la sociedad en general”.
Resulta pertinente mencionar que esta fecha se conmemora desde la década del 70, cuando bajo la dirección del senador y activista estadounidense Gaylord Nelson más de 2 mil universidades, 10 mil escuelas de distintos niveles junto centenares de comunidades, salieron a las calles a exigir una agencia que velara por el bienestar del mundo. La manifestación tuvo tanta repercusión que derivó en la creación de la Agencia de Protección Ambiental (EPA) y se fijó ese día como fecha de concientización en torno a esta temática.
La impronta extensionista de este tipo de abordajes resultan fundamentales para fomentar la cercanía entre la UNVM, la comunidad y las instituciones que la congregan, posibilitando el trabajo conjunto para una mejora en las condiciones de vida de toda la población y generaciones futuras.
En base a estos vínculos generados, Fernando Gallego concluyó: “No quiero dejar de resaltar la importancia que tiene el proyecto de extensión que nos permite llevar a cabo un contacto directo con los productores de la zona. Pero también quiero hablar en general de la importancia de los proyectos de extensión que tiene la UNVM, ya que todos ellos ayudan al intercambio de saberes entre la comunidad científica y la comunidad en general para el bien de la misma. En este sentido, quiero revalorizar y agradecer a la UNVM por el aporte que nos ha dado para poder llevar adelante este proyecto a lo largo de todo un año”.
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