El organismo mundial considera desde hace largo tiempo, el atún enlatado “es víctima de su éxito nutricional, ya que su carne es rica en Omega-3, contienen minerales, proteínas y vitamina B12, entre sus numerosas bondades.”
Esto ha convertido al atún en una de las especies más “amenazadas” ante el exceso de demanda según las Naciones Unidas, dado que estiman que el 33,3% de las poblaciones de las siete especies principales de atún están explotadas a niveles biológicamente insostenibles.
En el mes de diciembre de 2016, la Asamblea de las Naciones Unidas aprobó la celebración del Día Mundial del Atún cada 2 de mayo, por eso, a partir del 2017 se destaca este día como una manera de concienciación relativa a esta especie.
“La conmemoración de este día subraya la importancia de una gestión pesquera sostenible y de conservación para evitar que las poblaciones de atún se reduzcan peligrosamente, y reconoce el papel fundamental de este ejemplar en el desarrollo sostenible, la seguridad alimentaria, la economía y los medios de vida de las personas de todo el mundo”, argumentan.
Existe un proyecto denominado “Océanos Comunes” confeccionado por la FAO, el que tiene como objetivo garantizar que todas las principales poblaciones de atún se pesquen a niveles sostenibles para 2027, beneficiando así a la conservación de la biodiversidad marina.
Entre los años 2014 y 2019, gracias a esta iniciativa, ocho de las trece principales poblaciones comerciales de atún ya no sufren sobrepesca.
Año a año se descargan en el mundo más de 7 millones de toneladas de atún y especies afines, representando el 20% del valor de la pesca marítima y más del 8% de todos los productos del mar que se comercializan en el planeta, según los datos de FAO, algo que representa el rol fundamental de la especie en el desarrollo sostenible, la seguridad alimentaria, la economía pesquera y la creación y mantenimiento del empleo de muchas familias. “De ahí su importancia vital y la necesidad de detener la sobrepesca”, reafirma el organismo internacional.
Desde hace años la FAO advierte que la demanda de atún sigue siendo alta y que el exceso de capacidad de las flotas pesqueras existe, por lo que se considera que aún es necesaria una gestión efectiva para restaurar las poblaciones sobreexplotadas, entre las que se encuentra el atún.
La disminución de las reservas de atún como resultado de la sobrepesca, ha hecho necesario un marco legal internacional, como quedó expresado en la “Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar”.
Por ello, se ha reforzado con la creación de un “Código de Conducta” por una pesca sostenible, el acuerdo de las Naciones Unidas sobre las reservas pesqueras o las resoluciones de la Asamblea General en pro de una pesca sostenible, además de otros refuerzos de la comunidad internacional en el ámbito regional o nacional.
El atún es una especie de pez de la familia de los túnidos, cuya envergadura puede superar los 3 metros y pesar alrededor de una tonelada. Es un animal salvaje, capaz de sumergirse hasta los 1000 metros con tal de alimentarse y que destaca por su aerodinámica forma y su capacidad de nadar a velocidades muy grandes (en ocasiones puede alcanzar los 70 km/h).
Morfológicamente,se caracteriza por tener el lomo de un color azul oscuro y su vientre es blanco nacarado, estas tonalidades le permiten un alto grado de mimetismo, especialmente en las simas oceánicas donde caza sus presas. Se alimenta de otros peces menores, como las caballas, los lenguados, los peces voladores o las anchoas, además de comer sepias, camarones, langostinos y anguilas.
Dentro de la cadena trófica, su papel es de gran importancia, puesto que ocupa la cabecera de la pirámide alimenticia de los ecosistemas en los que habita; por lo que su disminución o la cría en sitios donde no es autóctono, puede provocar graves desequilibrios ecosistémicos.
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