Tal como precisa Gabi Crook, jardinera experta y miembro del grupo Jardineras en Acción, es tiempo de sembrar las especies del ciclo OIP (se siembran en otoño, vegetan en invierno y florecen en primavera). ¿Cuáles serían éstas? Las amapolas (Papaver sp.), espuelas de caballero, nigelias (Nigella damascena), orlayas, arvejillas de olor. También herbáceas perennes como arctotis, centrantus, escabiosas, gaillardias, entre otras.
Antes de sembrar, deberemos tener todo lo que necesitamos preparado. Lo primero, son las semillas. Si las compramos, mirar la fecha de vencimiento o en que fueron recolectadas. En el sobre estará aclarado el momento de siembra: otoño, primavera, verano o todo el año. Si nuestro sobre de semillas vino del otro hemisferio, la fecha de siembra deberá adaptarse a este. Lo ideal es no sembrar todo el paquete, conviene guardar algo para la próxima temporada o por si nuestra siembra falla. Lo segundo en nuestro kit son los envases. El envase que elijamos para la siembra no necesita mucha profundidad: con 3 o 4 cm será suficiente, dado que solo queremos que las semillas germinen. Sí necesitan orificios de drenaje para que escurra el exceso de agua. Podemos usar, por ejemplo, bandejas de siembra tipo plugs, envases de tetra pack (material muy resistente), bandejitas de rotisería que sean más anchas que profundas.
El tercer ítem es el sustrato. En este caso, será sustrato de siembra y repique, que se adquiere ya preparado en forma comercial o prepararemos un sustrato con perlita y turba, sumamente liviano y que retenga la humedad. Puede usarse un pisón, para nivelar el sustrato. También tendremos a mano unos cartelitos y un lápiz blando para escribir qué y cuándo sembramos. Pueden usarse envases de queso crema, yogur o dulce de leche. Finalmente necesitaremos un pulverizador. La siembra debe estar húmeda, pero no encharcada, y la mejor forma de regarla es con un atomizador, diariamente.
En el caso de semillas de fácil germinación, podremos hacer también siembra al voleo o siembra de asiento, directamente en el lugar donde queremos que nuestras plantas prosperen. Cada uno elegirá el sistema de siembra, sabiendo que se aprovechan mejor las semillas en almácigos.
Otra forma que tenemos de hacer nuestras propias plantas es propagando por esquejes. De esta forma se multiplican infinidad de herbáceas, arbustos y hasta árboles, siempre utilizando tejido tierno.
Se recomienda micorrizar las semillas antes de sembrar. Para ello, preparar un cuarto de litro de agua con la proporción de micorrizas que dice el marbete y luego repartir el agua en vasitos descartables con las semillas (con la identificación correspondiente). Dejarlas sumergidas al menos media hora.
Humedecer el sustrato con agua con canela (una cucharada de canela, que es funguicida, por litro de agua). Cuando llega al punto en que se aprieta con la mano una porción grande de esta mezcla y se sostiene (como una masa o crealina) ya tengo la humedad suficiente.
Llenar el envase elegido, nivelarlo, apisonar suavemente y agregar el cartelito. Dependiendo del tamaño de la semilla, tomar unas pocas con la punta de los dedos (como la pizca de sal). Nunca sembrar con el sobre de semillas directamente. La siembra no debe ser tupida ni abundante, porque luego será muy difícil repicar. Cubrir con más sustrato y volver a apisonar.
Regar con pulverizador. Colocar los almácigos bajo techo, en un lugar protegido de las lluvias y del sol directo.
Cuando germinen y crezca su follaje definitivo –medirán unos 4 o 5 cm–, será el momento de repicar. Se requiere una tierra abonada, porque ahora sí las plántulas necesitarán nutrientes. Pasar una por una a pequeños envases, ubicar en un lugar protegido, procurando que reciban luz y no les falte humedad.
Recién cuando hayan crecido más pueden pasarse a macetitas más grandes (macetas del 8) y empezar a rustificar: ir sacando a la intemperie de forma paulatina, al sol de la mañana, cuidando que no les falte ni les sobre humedad.
Trasplantar a su lugar definitivo en los canteros cuando tengan un tamaño adecuado.
Las micorrizas son hongos benéficos que se extraen del suelo. Cuando las usamos para tratar las semillas antes de la siembra, atraviesan su tegumento y aceleran el proceso germinativo.
-Buscar tallos que no sean florales, cortar una porción con tres nudos o más. Si las tuviera, cortar las hojas superiores a la mitad, para evitar la evapotranspiración y retirar las basales.
-Realizar cortes o agujeros de drenaje en el envase elegido.
-Llenar con el sustrato y colocar una cantidad de esquejes ya micorrizados (para ayudar al desarrollo radicular y lograr plantas más sanas) o con un poco de hormona de enraizar y completar hasta el borde del envase con perlita. Dos nudos quedarán sumergidos en la perlita. Identificar y poner la fecha para poder llevar un control.
-Regar cada dos o tres días, ya que la perlita debe permanecer húmeda pero no inundada. -En 15 días o un mes aparecerá el follaje. Mientras los esquejes permanezcan verdes, tenemos oportunidad de que emitan follaje.
-Cuando haya pasado más o menos un mes y la apariencia de los esquejes sea saludable y turgente, será momento de trasplantar.
-Romper con cuidado el envase, cortándolo con tijera. Retirar la planta preservando las raicillas.
-Pasar a un envase con tierra abonada. Identificar y colocar en lugar protegido del sol, la lluvia y el frío.
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