Estas nuevas papas son una importante herramienta en la lucha contra la anemia en Perú y el mundo.
Gabriela Burgos, científica del CIP, explicó en una entrevista con el Diario Oficial El Peruano que el proceso utilizó técnicas de mejoramiento convencional. “Hicimos todo como si ocurriera naturalmente en el campo, solo que guiamos el proceso”, refirió.
El trabajo comenzó con el cruzamiento de papas con alto contenido de hierro y resistencia a sequías, pestes y buen rendimiento. “Evaluamos más de 10 000 genotipos de papa en diversos ambientes y seleccionamos las mejores”, comentó Burgos. Estas se sembraron en 11 localidades de Perú, abarcando el norte, centro y sur del país.
La selección de las papas involucró a los agricultores y permitió identificar las mejores variedades. Actualmente, se está escalando la producción de semillas para que estas papas fortificadas lleguen a las mesas peruanas en los próximos meses. Estas variedades pueden absorber hasta un 30 % más de hierro que otros alimentos, beneficiando significativamente la salud.
El Banco de Germoplasma del CIP, que alberga una de las mayores colecciones de papas del mundo, fue crucial en este proceso. Utilizando técnicas de mejoramiento convencional y sin modificación genética, los científicos cruzaron papas ricas en hierro con otras resistentes a condiciones adversas, desarrollando así estas nuevas variedades prometedoras.
Gabriela Burgos, científica del CIP, explicó en una entrevista con el Diario Oficial El Peruano que el proceso utilizó técnicas de mejoramiento convencional. “Hicimos todo como si ocurriera naturalmente en el campo, solo que guiamos el proceso”, refirió.
El trabajo comenzó con el cruzamiento de papas con alto contenido de hierro y resistencia a sequías, pestes y buen rendimiento. “Evaluamos más de 10 000 genotipos de papa en diversos ambientes y seleccionamos las mejores”, comentó Burgos. Estas se sembraron en 11 localidades de Perú, abarcando el norte, centro y sur del país.
La selección de las papas involucró a los agricultores y permitió identificar las mejores variedades. Actualmente, se está escalando la producción de semillas para que estas papas fortificadas lleguen a las mesas peruanas en los próximos meses. Estas variedades pueden absorber hasta un 30 % más de hierro que otros alimentos, beneficiando significativamente la salud.
El Banco de Germoplasma del CIP, que alberga una de las mayores colecciones de papas del mundo, fue crucial en este proceso. Utilizando técnicas de mejoramiento convencional y sin modificación genética, los científicos cruzaron papas ricas en hierro con otras resistentes a condiciones adversas, desarrollando así estas nuevas variedades prometedoras.
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