Y mientras que algunos sostienen que el guanaco es uno de los principales responsables de este escenario, ubicándose en la Patagonia argentina la población más importante de esos animales en toda la región, otros creen que es posible lograr que la producción ganadera tradicional coexista con ellos, y que incluso haya beneficios para el ecosistema.
Eso es lo que motivó a la organización ambientalista Wildlife Conservation Society (WCS) –en conjunto con investigadores del Conicet- a realizar, a fines del año pasado, una esquila de 165 guanacos silvestres en Santa Cruz, con el objetivo de estudiar el impacto de esa alternativa de manejo, no solo desde las economías regionales sino también desde la flora y fauna local.
El resultado de la experiencia, que fue supervisada por la Dirección General de Fauna dependiente del Consejo Agrario Provincial (CAP) y contó con el apoyo técnico y monitoreo de WCS Argentina, resultó en la obtención de 57 kilos de fibra natural de alta calidad, que se encuentran próximos a ser procesados.
“La conservación del guanaco es fundamental, no sólo por su rol en el ecosistema como principal recurso alimenticio de carnívoros y carroñeros nativos, sino por su capacidad para contribuir a la regeneración de pastizales y la adaptación a la aridez creciente derivada del cambio climático”, explicó Andrés Novaro, Director de Conservación Terrestre de WCS Argentina
“Los guanacos son una especie nativa que forma parte del ecosistema de pastizal original y también interactúan con las actividades humanas de manera siempre cambiante al cruzar alambrados y rutas dentro de sus recorridos migratorios. El objetivo es trabajar con productores patagónicos para que puedan hacer un manejo sustentable y productivo de los guanacos que atraviesan sus campos y sean también nuestros aliados en la conservación de la especie y sus migraciones”, añadió el director.
El trabajo se realizó de la mano del productor Alejandro Llaneza, quien junto a su equipó recibió una previa capacitación, en torno a un protocolo desarrollado por miembros del Conicet basado en años de investigaciones para definir un modelo de arreo, captura, esquila y liberación que reduce el estrés y el impacto en las poblaciones de guanacos.
“A partir de este modelo se generó un protocolo para la actividad, avalado por la certificadora internacional Wildlife Friendly Enterprise Network (Red Amigable con la Fauna Silvestre). Dado el cumplimiento del protocolo por el productor de Santa Cruz, la fibra obtenida en 2023 fue la primera fibra de guanaco en lograr esta certificación, que ya obtuvieron fibras mohair y merino”, afirmaron desde WCS.
“La esquila de guanacos en silvestría es una actividad posible en algunos campos. No es un trabajo simple, requiere habilidad y coordinación para los arreos y uso de equipo especial. El respeto por los animales siempre está presente. Adaptarse a los estándares de bienestar no fue difícil. La esquila en silvestría permite obtener una rentabilidad que suma y complementa al trabajo tradicional con las ovejas. Es necesario el apoyo de la provincia y de otras instituciones para que este proyecto tenga futuro”, indicó Llaneza, quien también está habilitado para el manejo de fauna en Santa Cruz.
Desde la provincia celebraron la iniciativa y consideraron que su implementación en el largo plazo podría ayudar a dejar de ver al guanaco como u competidor a eliminar, y considerarlo, por el contrario, un aliado de la producción ganadera de la Patagonia.
“La producción ganadera es dinámica y debemos estar atentos a las oportunidades que surgen, ya sea debido al desarrollo tecnológico, los cambios en el mercado o a ideas innovadoras. Ofrecer una fibra considerada de lujo por el mercado internacional y con una certificación especial que avala su producción posiciona a Santa Cruz en un lugar destacado, teniendo en cuenta la cantidad de guanacos que tenemos en la provincia y la capacidad operativa que puedan aportar nuestros productores”, sostuvo Adrián Suárez, Presidente del Consejo Agrario Provincial de Santa Cruz.
Desde WCS señalaron que si bien el guanaco no se encuentra en peligro de extinción en Argentina, “algunas poblaciones podrían llegar a esa situación a menos que su manejo y comercio se ajusten a un marco normativo efectivamente fiscalizado, que evite una utilización incompatible con su conservación”.
En esta línea, la reciente inclusión del guanaco en el Apéndice II de la Convención para la Conservación de Especies Migratorias (CMS) y su anterior incorporación en el Apéndice II de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES) generan condiciones normativas para optimizar simultáneamente el aprovechamiento sostenible y el cuidado de la especie”, remarcaron a continuación.
Además de la conservación y monitoreo de esta especie, WCS promueve otras acciones vinculadas a generar datos que permitan un mejor manejo, así como el cierre de caminos de exploración petrolera para evitar la intensa caza furtiva y el control por parte de los gobiernos de las actividades de manejo permitidas, y el tráfico ilegal de fibras y carne, entre otras.
Bichos de Campo