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Por Agroempresario.com
En los últimos días, los productores agropecuarios del norte de Argentina han enfrentado una nueva preocupación debido a la aparición de un foco de langostas que amenaza sus cultivos. Este problema comenzó en la localidad de Matará, Santiago del Estero, pero gracias a la intervención del Senasa y las autoridades locales, pudo controlarse a tiempo, especialmente con la ayuda de las bajas temperaturas que dispersaron la plaga. En total, se lograron controlar 900 focos de langostas en diversas áreas afectadas.
Juan Pablo Karnatz, representante de la Federación de Asociaciones Agropecuarias Santiagueñas y Confederaciones Rurales Argentinas, informó que en Catamarca se controlaron alrededor de 300 focos de langostas que se extendieron también a Paraguay y Bolivia. Esta situación es especialmente preocupante debido a que las langostas son capaces de desplazarse rápidamente, hasta 100 km por día con la ayuda del viento. Actualmente, los esfuerzos de control se centran en el norte de Córdoba, donde se están llevando a cabo operaciones terrestres y con mochilas.
El frío ha sido un aliado importante, ya que ha limitado el movimiento de las mangas de langostas y ha facilitado las tareas de control. Karnatz mencionó que si las condiciones fueran más cálidas, las langostas podrían volar y la situación se complicaría notablemente. El trabajo de prevención y control es una colaboración tanto pública como privada, enfatizó, debido a los riesgos significativos que representan estas plagas para los cultivos y la vegetación natural.
El Senasa ha intensificado los monitoreos y hasta el momento ha realizado más de 2800 revisiones en 10 provincias argentinas, detectando 1096 focos de langostas. Además, se ha establecido una alerta fitosanitaria desde febrero para coordinar esfuerzos con los servicios sanitarios de Bolivia y Paraguay. Esta plaga migratoria puede afectar gravemente la agricultura y ganadería al alimentarse de recursos forrajeros y vegetación nativa, aunque no representa un riesgo para los humanos.
El control de las mangas de langosta es complejo debido a su capacidad de vuelo y su comportamiento migratorio. Los tratamientos deben ejecutarse con precisión y rapidez, ya que las langostas se asientan al atardecer y pueden dispersarse rápidamente al amanecer. Estos esfuerzos incluyen evaluaciones previas del impacto ambiental y social en las áreas afectadas, asegurando minimizar los efectos adversos durante las operaciones de control.
En resumen, aunque se han logrado avances significativos en el control de la plaga de langostas en el norte argentino, la vigilancia y las medidas preventivas continúan siendo fundamentales para proteger los cultivos y ecosistemas vulnerables en la región.
